De brazos cruzados, con el rostro al sol. Un poco brillosas por el sudor. Muy maquilladas algunas, a cara lavada otras. Meciendo cochecitos. Tomando mate. Cebando. Solas. De a dos, de a tres, de a muchas. Con trajecito sastre, con pantalón pijamero. Con el pelo lleno de canas. Despeinadas. El viernes por la tarde una larga cola de mujeres se formó sobre los galpones frente al Monumento Nacional a la Bandera para las inscripciones y acreditaciones al 31° Encuentro Nacional de Mujeres que se celebra en la ciudad. Se esperan 70 mil.

Desde este sábado y hasta el domingo nosotras hablaremos de nosotras. Hay preparados 69 talleres y más de 100 actividades culturales. En el inicio de las actividades pudo verse la Catedral vallada y con cordón policial. Para Majo Gerez, una de las organizadoras, se trata de una "provocación".

Yo me quedo con la nena

Sentado frente a la entrada de unos de los galpones, con la mitad del cuerpo al sol y la otra a la sombra, Cristian tomaba mate.  

 “Vine a acompañar a mi mujer, yo me quedo con la nena”, explicó. En eso volvió su esposa Romina, con la carpeta del Encuentro en una mano y su hijita de tres años en la otra. Con su amiga Jésica, ambas son psicólogas y rosarinas, participan del Encuentro por primera vez.

Para muchas este 31° Encuentro es el primero, pero –aseguran– no el último. “Nos tenemos que acompañar”, dijo Mariela que llegó este viernes desde el Chaco.

La mayoría, sin embargo, en esta primera jornada de inscripción, jugó de local. Tal vez el feriado por el Día de la Virgen benefició a las rosarinas que adelantaron la fila. Entre esta noche y el sábado a la mañana se espera el gran desembarco. Hay 70 mil mujeres anotadas.

Qué momento

“Qué momento, qué momento, a pesar de todo hacemos el encuentro”. Así cantaron las mujeres de pechera de la organización en la previa a la conferencia de prensa que se celebró esta tarde. Las voceras de las siete subcomisiones de trabajo hablaron del esfuerzo que supuso planear esta nueva edición a orillas del río Paraná.

Las primeras reuniones comenzaron en noviembre pasado con encuentros semanales que se incrementaron a medida que se acercaba la fecha.

“No fue fácil”, reconoció Evangelina, vocera de la subcomisión de Prensa que recalcó –consultada por Rosario3.com– la horizontalidad del armado. “Acá ninguna es más que otra, ninguna está ‘a cargo’ de nada”, advirtió, ella también con la pechera blanca de la organización.

A lo largo de los galpones se las vio repartir formularios de inscripción y guiar a algunas que parecían algo desorientadas: “Acá las que se anotaron por Internet, por allá les van a decir de las viandas, ahí el tema del alojamiento”.

Evangelina participó de la organización de 2008 y celebró el número de participantes. “Cada vez somos más”, sonrió. La última vez que se hizo en Rosario fue en 2003 y se contaron 10 mil mujeres.

Esta vez no sólo se suman 60 mil más, se suman temas. Este 2016 se añadieron nuevos talleres, como “Mujeres y cannabis”; “Mujeres y afro descendencia” y se reedita “Mujeres y trabajo sexual” que coordinó la última vez en Rosario, Sandra Cabrera, la dirigente de la Asociación de Mujeres Meretrices de Rosario (Ammar) asesinada por la policía.

Este año –coincidieron en la rueda de prensa las voceras– la preocupación es la escalada de femicidios y la violencia machista. En Rosario, la masividad del Encuentro tiene un triste correlato estadístico: las más de 300 denuncias por mes por violencia de género que recibe la Justicia local.

Y entonces, un poco, la sonrisa de Evangelina se desdibujó.