Es muy común que cuando uno no le presta atención a una herida ni la limpia adecuadamente, se termine infectando. Y en ese caso hay que abrir bien los ojos porque una infección con determinadas bacterias, como el tétanos por ejemplo, puede producir importantes complicaciones médicas.
Para evitar todos estos trastornos, las heridas deben tratarse correctamente siguiendo algunos simples pasos detallados por el sitio Mejor con Salud:
Limpiar la herida: la manera más sencilla de hacerlo es utilizando jabón y agua, aunque dependiendo del tipo de herida, hay que tener mucho cuidado para no hacernos daño. Si la misma no es grave y no existe riesgo de que queden trozos de algodón pegados en ella, se puede utilizar este elemento para limpiarla. En caso contrario, sería mejor utilizar gasa o tela suave.
Tratamiento adecuado: luego de lavarla adecuadamente, se le debe aplicar a la herida antisépticos que se consiguen en cualquier farmacia, como puede ser una pomada antibiótica, o la povidona yodada. Esta última se inactiva con los fluidos biológicos, por lo que si la herida es reciente y emana sangre es más recomendable utilizar un sustituto como la clorhexidina.
Vendas: ayudan a proteger la herida y que la infección no se vuelva a producir. Sin embargo, si se pega a la lesión es mejor dejarla al aire libre.
Antibióticos: en el caso de que la infección de la herida sea grave, haya una secreción amarilla o aparezca la fiebre, es necesario acudir al médico que recetará antibióticos orales que ayudarán a combatir las bacterias de una manera más efectiva.
Prevenir las infecciones: la mejor manera de no tener que lidiar con la infección de una herida es previniendo que esta se infecte. Para ello, debemos lavarla lo antes posible para eliminar cualquier arena, polvo o suciedad que pueda ponerla en riesgo. Tras esto, hay que dejarla secar al aire libre durante unas 24 horas, tratarla con agua oxigenada y cubrirla con una gasa después para protegerla.