El eczema o dermatitis atópica es un trastorno de la piel bastante común en la infancia. Aunque no es un grave problema de salud, se trata de una afección que causa enrojecimiento, sequedad y picor, por lo que estudiar sus causas y factores de riesgo es importante para prevenirlo y curarlo.

Como primera medida, es clave descartar posibles factores desencadenantes, para lo cual se deberán tener en cuenta sus posibles causas, según saludpasion. En muchas ocasiones, evitándolos conseguimos prevenir su aparición o minimizarla.

1. Hidratar la piel del niño

Nos ayudará a prevenir los eczemas el uso de cremas hidratantes sin perfume, idealmente hipoalérgénicas, aplicadas tras el baño sobre la piel seca (secada suavemente con una toalla, sin rascar) en cara y cuerpo. Aplicar varias veces al día si fuese necesario.

2. Evitar las sustancias y materiales irritantes

Aunque la genética tiene un importante papel en muchos casos, hay que descartar también otros factores, como padecer otras enfermedades o en contacto con sustancias irritantes que, en ocasiones, pueden ocasionar reacciones alérgicas.

En este sentido, evitar el contacto con componentes que puedan causar irritaciones en ropa de cama o vestimenta ayudará a controlar su aparición. También es conveniente utilizar jabones y otros productos de aseo personal no irritantes.

3. Identificar y evitar el desencadenante de la alergia

Las alergias de distinto tipo pueden provocar el eczema. Desde las reacciones alérgicas a animales, polen, ácaros del polvo o alimentos. Sin olvidar, por otra parte, la posibilidad de que las ocasionen las alergias cruzadas.

4. El agua dura, asociada a un mayor riesgo

El agua potable dura también puede propiciar un desarrollo temprano de eczema, según concluye un estudio del King’s College de Londres. Bien por el ph, por la cal o por otros aspectos, una cuestión todavía por determinar, su uso en el aseo del bebé puede estar asociado a la aparición de eczemas, llegando a aumentar hasta un 87 % o su propensión a padecerlos.

5. No bañarse con agua caliente

Encontrar una temperatura agradable, siempre huyendo del agua caliente, es una medida más a aplicar para prevenir la aparición de eczemas. Si el eczema ha desaparecido también hemos de seguir cuidando la piel con este tipo de medidas (agua fría o templada, no caliente, así como la hidratación o huir de sustancias irritantes, etc.), puesto que de lo contrario podrían volver a aparecer fácilmente.

6. El pescado, un posible aliado

Incluir el pescado en la dieta de forma temprana reduce el riesgo de desarrollar dermatitis atópica, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores suecos publicado en Archives of Disease in Childhood.

Titulada “La introducción temprana del pescado disminuye el riesgo de eccema en niños”, la investigación concluye que introducir el pescado en la dieta del bebé antes de los 9 meses de edad reduce la posibilidad de desarrollar eczema hasta en una cuarta parte de los casos.

7. Déficit de vitamina B3 en el embarazo

De acuerdo con un estudio de la Universidad británica de Southampton, publicado en la revista Clinical & Experimental Allergy, los niveles de un tipo de vitamina B durante el embarazo denominada nicotinamida, están relacionados de manera directa con las probabilidades de sufrirlo a los 12 meses de vida.

Los autores del estudio concluyen que una dieta sana de la madre garantiza unos niveles altos de nicotinamida. Son sus propiedades antiinflamatorias las que permiten aumentar la respuesta inmune del organismo del bebé ante el riesgo de padecer dermatitis atópica.

La investigación reveló que los hijos de mujeres con altos niveles de esta vitamina vieron reducido en 30 % la probabilidad de padecer un eczema en la piel al año de vida. Un menor riesgo que, sin embargo, no se halló en niños a los 6 meses de vida.