Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de fines de 2017 advertía que la resistencia a los antimicrobianos (RAM) “pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos. La RAM supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y requiere medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad”.
Las infecciones asociadas con la atención de la salud afectan anualmente a cientos de millones de pacientes en todo el mundo. Las mismas agravan las enfermedades, prolongan el tiempo de internación, inducen discapacidad a largo plazo, aumentan los costos a los pacientes y sus familias, incrementan el gasto financiero adicional al sistema de salud y con frecuencia producen, de manera significativa, la trágica pérdida de vidas.
Rosario3.com consultó a la infectóloga Mirta Castelli para interiorizarse sobre la labor de estos profesionales en las instituciones hospitalarias. “Nosotros llamamos 'Vigilancia Epidemiológica' a la tarea que desarrolla toda la institución frente a las infecciones de las que nos hacemos cargo, sobre todo, los infectólogos con la ayuda de todas las demás áreas médicas y para médicas”, manifestó.
En este sentido, destacó la labor del microbiólogo, quien los ayuda a identificar el tipo de flora que con la que están trabajando; es decir, con qué está infectado el paciente internado. “El microbiólogo nos van avisando si la bacteria creció, ante nuestra sospecha; ya que si nosotros estamos usando un antibiótico de amplio espectro, con la identificación que ellos hicieron del agente microbiano, podemos cambiar a un antibiótico más específico; de este modo, preservamos a los últimos antibióticos para cuando nos debamos enfrentar a cuadros que muestran alta resistencia y poder resolverlos”, señaló.
- ¿Cómo trabajan, en materia de infecciones, los profesionales de las diferentes especialidades de una institución hospitalaria?
- El control de infecciones intrahospitalario se basa en la interdisciplina, y mediante un programa de control de infecciones; programas que responden a protocolos consensuados internacionalmente. Protocolos dinámicos que se ajustan de acuerdo a las circunstancias; ya que ese dinamismo nos permite ajustar nuestros cambios a la flora, lo cual nos exige estar alerta y lo hacemos a través de lo que llamamos “Vigilancia Epidemiológica”.
- ¿Disponemos de pocos antibióticos? Además, ¿los laboratorios han retaceado la inversión en nuevas moléculas?
- Hay que recurrir a lo que llamamos las terapias alternativas y las vacunas.
- ¿Cómo sería esto? ¿Puede explayarse?
- Las vacunas están en pleno auge; tenemos, por ejemplo, la vacuna del meningococo serotipo B que nosotros no teníamos y que en Europa está desde el 2013. Teníamos la cuadrivalente que comenzó a incluirse en el Calendario Nacional a partir de enero del 2017, para los que habían nacido en octubre de 2016 y cumplían tres meses. Luego de la primera dosis se les aplica a los dos meses otra dosis y una tercera de refuerzo a los 15 meses. A los chicos de once años se les coloca una sola dosis de la tetravalente. Pero ahora disponemos la vacuna del Meningococo B, germen que es el responsable de la mitad de las infecciones ocurridas en el país en los últimos dos años, lo que agrega mayor cobertura y seguridad.
- Cuando usted dice meningococo, ¿qué debemos entender?
- El meningococo es una bacteria muy agresiva que produce meningitis; una enfermedad infecciosa que puede resultar de desenlace grave. Se trasmite por la saliva de una persona que está colonizada y sin síntomas. El grupo de riesgo a infectarse es el de los niños menores de dos años y la mortalidad es de un 10% a un 20%, mientras que en un 30% deja secuelas. Por eso es importante incluir en el Calendario Nacional de Vacunas la nueva vacuna del serotipo B; la que esperamos se incluya rápidamente. Como conclusión, ante la falta de antibióticos disponemos de vacunas para prevenir las infecciones y otras medidas alternativas.
- Desde hace mucho tiempo asistimos a anuncios apocalípticos sobre la lucha de agentes antimicrobiamos cada vez más resistentes y antibióticos que parecen quedar desactualizados. ¿Qué está ocurriendo?
- En los '90 se anunciaba ya la era post antibiótica. Y hoy estamos acercándonos a alternativas que pueden ayudarnos a hacer frente a las infecciones, como son las vacunas. Repito: sería importante que se incluya rápidamente la vacuna del meningococo B en el Calendario Nacional de Vacunas. Este sería como un viaje hacia la libertad, y éste sería el lema para encarar el camino que nos convoque a todos, el enfrentar con inteligencia y racionalidad, esta lucha para circunscribir a los gérmenes responsables de enfermedades.