Una rehabilitación neurológica intensiva y continuada es fundamental para que el paciente que, por ejemplo, sufrió un ACV, se integre en su nueva vida. Se trata de un trabajo que implica gran esfuerzo, la colaboración de muchos especialistas y que requiere de un gran equipamiento tecnológico en el centro médico en el que se realice.
“Hace 15 años que inauguramos nuestra institución orientada a atender la rehabilitación, adelantándonos a nuestras propias previsiones. La demanda fue superior a la prevista, y esto nos obligó a crecer rápidamente”, indicó Guillermo Raffe, especialista en Medicina Física y Rehabilitación y director Médico de Pilares del Rosario.
“Cuando comenzamos integrábamos el grupo de trabajo doce profesionales, hoy somos un grupo de ciento veinte personas de diversas especialidades”, remarcó y agregó que este crecimiento les permitió responder inicialmente a la necesidad de la población con atención ambulatoria. “Hoy tenemos instalaciones hospitalarias para internar a los pacientes que lo requieran, ya que contamos con treinta camas”, apuntó.
¿Qué tipo de profesionales atienden?
Tenemos hospital de día; hospital de media jornada e internación al paciente que lo necesite. Lo integramos profesionales especialistas en Medicina Física y Rehabilitación, psicólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, especialistas en rehabilitar a personas con trastornos cognitivos y fonoaudiólogos especializados en deglución y en equilibrio, médicos especialistas en clínica médica, neurólogos. También disponemos de consultores en ortopedia y traumatología; en urología, en cirugía plástica, en neumonología, en cardiología.
Han incorporado recursos técnicos novedosos como realidad virtual y simulador de marcha, ¿de qué se trata?
Hay tendencias que fueron apareciendo estos últimos años para abordar a la rehabilitación neurológica. Desarrollamos un robot que hace marchar al paciente compartiendo su esfuerzo. Se lo usa para rehabilitar a personas para que vuelvan a caminar y entrenar a aquellas que no volverán a hacerlo por sí mismas, pero en las cuales vale la pena ponerlas de pie y hacerlas caminar con asistencia para ayudar a sus funciones fisiológicas.
Tenemos un gimnasio de 40 metros y le hemos incorporado un sistema de arneses que se desplaza por todo el gimnasio, que permite ayudar a los pacientes a caminar según las necesidades de cada uno. Incorporamos una bicicleta con una computadora que lee el esfuerzo que es capaz de hacer el paciente con sus piernas y sus manos; completar el esfuerzo si hace falta o frenarlo si es excesivo. Se trata de una interfase que dialoga con el paciente a través de la fuerza. Tiene además un programa especial para el paciente con parkinson.
En cuanto a la realidad virtual, hace un año y medio encontramos equipos y programas que nos permiten usarlos para la rehabilitación; un equipo alemán y otro español que nos dan muy buenos resultados. Mediante ellos trabajamos estímulos cognitivos, trabajamos el equilibrio, ya que el paciente se ve en un televisor y se puede mover haciendo ejercicios previamente marcados en el gimnasio que está viendo en la pantalla. También lo usamos en las variaciones de la posición estando de pie, y en los estímulos cognitivos. Los resultados han sido muy buenos, tanto, que estamos necesitando reformularlos, darles una vuelta de complejidad para generar mayores estímulos.
