El cambio climático aumentaría hasta en un 40% los casos de cáncer de piel en el mundo en los próximos dos siglos, según alertaron científicos rosarinos.
La proyección fue realizada por miembros del Grupo de Física de la Atmósfera, Radiación Solar y Astropartículas del Instituto de Física Rosario (IFIR), que depende del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y fue publicada por la revista científica mundial Photochemical and Photobiological Sciences.
El doctor en Física, Rubén Piacentini, lideró el trabajo en el que se emplearon datos previos de estudios realizados en 10 regiones de Estados Unidos, y en base a ellos elaboraron una proyección de los casos esperables en los años 2100 y 2200 de los dos tipos de carcinoma de piel más frecuentes: el espinocelular (CEC) y el basocelular (CBC).
Para ello anticiparon escenarios futuros de variación de la temperatura ambiente, según lo establecido por los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés). “Los escenarios varían desde uno optimista, que considera una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global, hasta uno pesimista en el que todo sigue como hasta ahora: sin medidas que eviten la contaminación del aire”, afirmó Piacentini a la Agencia CyTA-Leloir y publicó Télam.
De acuerdo a los resultados, el escenario más “optimista” apuntó al aumento en la incidencia de los dos tumores, que "no superaría el 6%". En cambio, las cifras podrían dar un "salto significativo" si los países no reducen sus emisiones: en 2100, los casos diagnosticados de CEC y CBC treparían 21,4% y 9,9%, respectivamente, y para 2200, el incremento respectivo sería de 40,5% y 18,2%, alertaron.
“Nuestras investigaciones muestran que es importante que las personas que trabajan en exteriores o se exponen por otras actividades, reduzcan su exposición a la alta temperatura ambiente y se protejan con sombra, ropa o filtros solares adecuados en momentos de alta radiación solar”, advirtió Piacentini, quien estuvo acompañado en el trabajo por las doctoras en Ciencias Naturales, Lara Della Ceca, y en Física, Adriana Ipiña, esta última también investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México.