Luego de los allanamientos de Gendarmería iniciados este lunes a la madrugada, 29 personas quedaron detenidas en el marco de la causa Franco Casco, el joven de Florencio Varela que fue detenido en 2014 en la comisaría 7ª y luego fue hallado muerto en el río Paraná. Dos de las personas arrestadas declararon por la tarde ante el juez federal Carlos Vera Barros, quien ordenó los procedimientos. Se espera que este martes a la mañana continúe la ronda de indagatorias y no se descarta que se presenten otros acusados en sede judicial.
Según informó el periodista del Tres Hernán Funes, el juzgado emitió 31 órdenes de captura. De ese total, 18 hombres y 11 mujeres fueron detenidos durante los operativos de este lunes y se estima que el resto se presentaría en las próximas horas.
Entre las personas que fueron arrestadas y ya prestaron declaración figura el director de Asuntos Internos de la provincia, Aníbal Candia. El funcionario estuvo unas dos horas declarando ante el juez y luego continuó alojado en dependencias de la fuerza federal.
Este martes Vera Barros tomará declaración a otros detenidos y, según explicaron los abogados de la querella, el magistrado tendrá diez días para definir la situación judicial de los implicados. También Vera Barros deberá decidir sobre los pedidos de libertad ya presentados por los abogados patrocinantes de los acusados.
El padre de Franco Casco dijo frente a los Tribunales Federales que está muy conforme con el trabajo realizado por la Justicia Federal y añadió: “Ahora tenemos que esperar y ver cuántos van a ser procesados”.
Por su parte, el abogado querellante Salvador Vera manifestó al programa Telenoche (El Tres) que la principal hipótesis de la investigación es que “Franco Casco fue detenido clandestinamente en la comisaría 7ª donde fue vejado y sometido a turnos de feroces golpizas que terminaron con su muerte, luego desaparecido y encontrado en el río Paraná”.
Agregó que en la causa “hay numerosos elementos” que fundamentan la acusación. Todos los detenidos este lunes permanecían en el destacamento de Gendarmería Nacional ubicado en San Martín y Rueda.
Se presume que Franco Casco, que había llegado a visitar un familiar, fue asesinado en la comisaría 7ª, donde estuvo demorado, y luego arrojado al río Paraná en octubre de 2014. Desde la querella señalaron que en el Instituto Médico Legal (IML) no hicieron la autopsia como corresponde y que encubrieron el caso. Además, apuntaron contra la intervención de la policía de esa seccional de barrio Luis Agote y a la investigación que realizó Asuntos Internos.