El oficialista interbloque Cambiemos se consolidará a partir del 10 de diciembre como primera fuerza de la Cámara de Diputados, con 108 diputados entre propios y aliados, de acuerdo a los resultados provisorios de las elecciones en las que se pusieron en juego la mitad de las bancas del cuerpo.
Así, el interbloque oficialista queda más cerca del quórum de 129 diputados, número necesario para iniciar una sesión y para tener mayoría simple al momento de la votación de los proyectos.
Cambiemos apuntalará tal condición al incrementar su bloque de 86 que junto a tres aliados alcanza los 89 a 108 diputados; en tanto que el Frente para la Victoria continuará como segunda fuerza con 67 bancas, cuatro menos que las que posee actualmente.
El Frente Renovador, junto a sus aliados parlamentarios de UNA y el peronismo no kirchnerista, terminaron en las Paso con una virtual paridad de bancas al sumar 27 y 25, respectivamente, aunque el reordenamiento del peronismo definirá en los próximos días cual será la tercera fuerza de la Cámara.
El interbloque UNA, que actualmente integran massistas, delasotistas, dasnevistas, moyanistas y provinciales neuquinos y que avisora un futuro incierto, se reducirá de 37 a 27 integrantes; en tanto que el justicialista pasará de 17 a 25; el Movimiento Evita se reducirá de 5 a 4; Libres del Sur pasará de 3 a 1.
Entre los bloques que representan a gobiernos provinciales, los santiagueños mantendrán sus seis bancas; los misioneros pasarán de 3 a 4; los socialistas santafesinos perderán 3 bancas y quedarán con sólo una; en tanto que los Rodriguez Saá, en San Luis, al revertir el resultado de las Paso continuarán con 3 escaños.
La izquierda con dos bancas por la provincia de Buenos Aires ganadas en detrimento del massismo, y una por Jujuy, tendrá desde diciembre una representación de 4 integrantes, el mismo número que en la actualidad; en tanto que el Partido Intransigente, con su sorpresiva banca por Mendoza, volverá a tener presencia en el Congreso Nacional.
En la disputa por 127 bancas, la coalición oficialista arriesgó 41 de sus 89 bancas (propias y de aliados incondicionales) y obtuvo 60; el kirchnerismo puso en juego 32 y ganó 27, sobre las 72 bancas que posee.
El Frente Renovador y sus aliados pusieron en juego 21 de sus 37 bancas, e ingresaron solamente 10, por lo que vieron reducida notablemente su representación; en tanto que el Justicialista, arriesgó a 8 de las 17 que posee y logró ingresar 16, por lo que se consolidó en 25.
El incremento de bancas de Cambiemos se apuntaló por los triunfos y las diferencias favorables de bancas en la provincia de Buenos Aires, donde ponía en juego 3 bancas y ganó 15, y la buena performance en Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Chaco, Chubut, Tucumán y Ciudad de Buenos Aires, donde ganó más bancas que las que ponía en juego.
También aportaron los resultados en provincias como Neuquén, Tierra del Fuego y Formosa, donde el oficialismo nacional no tenía representación y sumó un diputado por cada uno de esos distritos.
El Frente para la Victoria, en tanto, mantuvo sus bancas en la mayoría de los distritos y ganó en relación a las que puso en juego, en distritos como Salta. Catamarca y Córdoba; aunque perdió en Chaco, Tucumán y Mendoza.
Con el nuevo escenario, Cambiemos y aliados sumarán 108 bancas; el Frente para la Victoria 67; el Frente Renovador-UNA, 27; el Justicialismo, 25; el Frente Cívico por Santiago, 6; el Movimiento Evita, 4; el renovador misionero, 4; la Izquierda 4; el peronismo puntano, 3 y Evolución, con 2.
Además, la Cámara quedará integrada por 7 monobloques, entre ellos el del salteño Alfredo Olmedo, el de Victoria Donda de Libres del Sur, el del socialismo y el del Partido Intransigente.
En base a la nueva relación de fuerzas, fuentes parlamentarias confiaron que las principales espadas de Cambiemos esperarán hasta el recambio del 10 de diciembre para buscar aprobar las principales iniciativas impulsadas por el Poder Ejecutivo, como el proyecto de presupuesto 2018. También, acaso, para impulsar las reformas laboral y jubilatoria.
Confían en que el mayor volumen del propio interbloque y la atomización de la oposición, fundamentalmente del peronismo, lo pondrán en mejor situación de consensuar los proyectos, sobre todo a partir del diálogo que buscan sostener con los gobernadores del PJ y de otras fuerzas provinciales.