El ex vicepresidente Amado Boudou aseguró este domingo que en gobierno propicia "una demonización de las principales figuras" de la gestión kirchnerista a la que él perteneció, una "banalización" de las principales políticas que se pusieron en marcha, y criticó la "violencia verbal" ejercida sobre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Aseguró además que "ni Cristina Fernández ni Néstor Kirchner tenían un proyecto personal de crecimiento" patrimonial y dijo que la muerte del fiscal Alberto Nisman "fue un baldazo de agua fría para la sociedad pero nada tuvo que ver el gobierno de Cristina".
En declaraciones al programa que conduce el periodista Mauro Viale por el canal de cable América 24, el ex vicepresidente habló de "violencia" en "los dichos y en las formas" del actual gobierno, a quien le atribuyó el objetivo de profundizar la "grieta" como estrategia de posicionamiento político, y dijo que para la gestión macrista "hay argentinos que merecen derechos, y otros que no lo merecen", y por eso se les quitan derechos, como las jubilaciones.
En este marco, se refirió a las jubilaciones, y dijo que fue una de las principales políticas del gobierno kirchnerista y que el gobierno actual la ha "demonizado".
"Hay una demonización de las principales figuras del anterior gobierno y de de sus principales políticas, como las jubilaciones, hay una banalización de estas cuestiones", dijo.
Agregó que "Ni Cristina Fernández ni Néstor Kirchner tenían un proyecto personal de crecimiento" patrimonial y apuntó también contra los jueces, y dijo que "operan para el poder y no para la justicia", y lo atribuyó "de mínima" a su deseo de "persistir en sus lugares".
Sobre el sistema de justicia dijo también que "no está sujeto a ningún control de verdad en el juego democrático".
Consideró que la política económica "está mal" y "va a empeorar", y que "los trabajos de calidad no aparecen, y tampoco las inversiones".
Sobre Cristina Fernández dijo que era "muy valiente" y aseguró que "la violencia verbal contra la ex presidenta" se debía precisamente porque era "valiente" y "mujer". Agregó que en materia política, la ex mandataria "es la que más votos tiene de la oposición".
Sobre el memorándum con Irán, firmado por el gobierno argentino durante la administración de Cristina Kirchner, dijo que se trató de "una decisión que se tomó para avanzar en una causa que estaba parada", para tratar "de arrojar luz sobre hechos muy dolorosos" como fueron los atentados a la sede de la AMIA y a la embajada de Israel en la Argentina.
Agregó que se trató de "un acto de gobierno, de política internacional" y dijo que "si alguien no tuvo que ver con la muerte de Nisman fue el gobierno kirchnerista" y que en su opinión se trató de "un mensaje".
Dijo también que los dirigentes Fernando Esteche y Luis D'Elía "no tenían ninguna injerencia en el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner y no pudieron haber influido ni negociado dentro del gobierno de Cristina".
Sobre su detención en el Penal de Ezeiza, Boudou dijo que se hizo para "la foto" y responsabilizó al juez instructor (Ariel Lijo) porque "lo instruyó" o porque "lo dejó suceder", en referencia a las fotos y video que le tomaron el día de su detención y por la que existe una investigación en curso.
"La detención fue hecha para hacer esa foto, porque no había razón para la detención, siempre estuve a derecho", dijo Boudou.
Agregó que durante la detención no lo maltrataron y que el maltrato fue "el tema de la foto", y atribuyó al poder político y judicial la responsabilidad por esas fotografías que le tomaron en su casa cuando lo detuvieron.
"No me maltrataron. El maltrato fue el tema de la foto. El responsable es el juez instructor, porque lo instruyó o lo dejó suceder", dijo el ex vicepresidente respecto a su detención en el penal de Ezeiza.
Boudou recuperó su libertad el 12 de enero, luego de poco más de dos meses de detención, por decisión de la Sala I de la Cámara Federal que le concedió, por unanimidad, la excarcelación en la causa por rendir viáticos con facturas truchas en el Ministerio de Economía. Los camaristas consideraron que el ex vicepresidente siempre estuvo a derecho y que el cargo público que ostentó no implica que pueda obstaculizar la investigación.
Dijo que en cautiverio "te ofrecen calmantes, pero no tomé”, afirmó que “fueron siete días muy bravos en el hospital en que estuve solo”, y que el control penitenciario "lo hicieron con profesionalismo, pero la situación fue espantosa”.