El aviso de los médicos a los niños de que van a sentir dolor con la inyección no ayuda para nada a los pequeños. De acuerdo a un estudio de la Universidad de California en Riverside, los chicos sienten el dolor más intensamente cuando piensan que algo les va a hacer mal.
Para llegar a esta conclusión, se colocaron emisores de calor en la parte interior del brazo de 21 chicos sanos, 27 con ansiedad y 25 adultos. Los participantes debían determinar individualmente si su grado de dolor era bajo, medio o alto al sentir distintos niveles de calor entre los 34 y los 47 grados Celsius.
Luego les hacían escuchar dos tonos diferentes, con los que se distinguían supuestamente dolores fuertes de leves. Durante las pruebas, los participantes escuchaban cada vez solo uno de los dos tonos, sin embargo, el emisor de calor siempre enviaba la misma señal de temperatura codificada como dolor medio.
El resultado fue que en todos los grupos los participantes sintieron más dolor tras escuchar el tono que anunciaba que así sería, según consignó Doc Salud. “Cuando no les decimos nada puede que solamente se agarren el brazo tras la inyección, pero cuando les decimos que les va a doler suelen llorar”, lo resumió Adwoa Osei, coautora del estudio.