A partir de los restos hallados en una cueva  en una cueva de Tesalia, Grecia, en 1993, fue reconstruido el rostro de una adolescente de hace nueve mil años. Detrás de la iniciativa estuvieron científicos de la Universidad de Atenas. 

Lo restos se remontan a un momento de la prehistoria en el que los humanos estaban pasando de cazadores-recolectores a agricultores: el comienzo de la civilización. Fue por esa razón que el equipo la llamó Dawn, que se traduce al griego como Avgi.

Los investigadores creen que tenía entre 15 y 18 años de edad (basado en muestras de dientes y huesos) cuando murió de una causa aún no revelada. Sí determinaron que sufría de anemia, escorbuto y dolencias en las articulaciones, informa Phys.org.

El equipo de reconstrucción estaba formado por un neurólogo, endocrinólogo, ortopedista, ortodoncista, radiólogo y un patólogo, todos de la Universidad de Atenas, junto con el arqueólogo y escultor sueco Oscar Nilsson.

Para reconstruir la cara, el equipo comenzó escaneando la calavera e imprimiéndola con una impresora 3-D.


A continuación, pegaron clavijas al cráneo impreso para mostrar cómo de gruesa se suponía que era la carne en diferentes lugares. Luego se agregó material para simular el músculo, seguido de piel y ojos.

La figura resultante presenta a una joven con una mandíbula sobresaliente, lo que sugieren fue debido a la frecuente masticación de pieles de animales para suavizarlas.

El equipo también agregó cabello negro oscuro y emplazó la figura sobre un torso que a su vez se instaló en un soporte para permitir la visión desde todos los ángulos. La misma se exhibe en el Museo de la Acrópolis.