Desde detectores electrónicos hasta perros entrenados incluyó el minucioso operativo sorpresa que desarrolló una nueva fuerza especial del Servicio Penitenciario de Santa Fe y que permitió decomisar droga y teléfonos celulares en la cárcel de Piñero.
La requisa tuvo lugar el último miércoles, a cargo de un flamante grupo comando que depende del Ministerio de Seguridad y que se aboca a allanamientos masivos en prisiones sin necesidad de aviso previo a los directores de los penales.
Todo el personal actuó con el rostro cubierto. Algunos, irrumpieron fuertemente armados para cubrir las requisas en las celdas y en cada espacio donde, entre otras acciones, se desarmaron muebles, aberturas y aparatos como televisores para buscar eventuales elementos prohibidos (ver galería de imágenes).
A la inspección ocular se sumaron detectores electrónicos y también intervino la sección canes, el Grupo de Operaciones Especiales Penitenciarias (Goep) y miembros de logística del Servicio Penitenciario. Allanaron los pabellones 5, 6, 7 y 8 del módulo B de la Unidad, ubicada 14 kilómetros al sudeste de Rosario.
Como resultado del procedimiento se secuestraron 18 celulares, 12 tarjetas de memoria SD, 9 pendrives, 4 elementos punzantes y estupefacientes.
La estrategia del flamante grupo de requisa con comando central es desembarcar en penales al estilo “operativo de saturación”. En lugar de hacer un control con diez agentes propios de una unidad se hacen con equipos numerosos. La fuerza está integrada por 70 agentes y será cien el año próximo, anunciaron desde Asuntos Penitenciarios.