Actualmente conviven en todo el mundo más de 108 millones de niños y 600 millones de adultos con obesidad. Unas cifras que, además y según alertan los expertos, seguirán creciendo de forma imparable en los próximos años. Y es que a pesar de las continuas recomendaciones de las sociedades médicas, no parece que la población esté por la labor de adoptar hábitos de vida más saludables, caso sobre todo de practicar ejercicio y seguir una dieta. Entonces, ¿qué se puede hacer? Investigadores del Colegio Imperial de Londres (Reino Unido) podrían haber dado con la clave, según abc.
Como explica James Gardiner, director de esta investigación publicada en la revista "Cell Reports", "esperamos que nuestros hallazgos deriven en último término en el desarrollo de fármacos que actúen sobre las hormonas tiroideas como vía para reducir el apetito de una persona y, así, ayudarla a controlar su peso. Hasta ahora no habíamos sido capaces de actuar específicamente sobre estas hormonas sin provocar un gran número de efectos secundarios, pero en nuestro trabajo hemos sido muy específicos sobre las hormonas diana, lo que debería reducir de forma muy significativa los efectos adversos potenciales. Es muy interesante ver hacia dónde nos llevarán estos hallazgos en la futura lucha contra la obesidad".
Aún habrá que esperar
Los estudios han demostrado que las personas cuyos receptores cerebrales de la hormona tiroidea presentan una actividad "disminuida! suelen, por lo general, tener una mayor tasa de obesidad que el resto de la población. Por tanto, el desarrollo de fármacos capaces de alterar específicamente los niveles de actividad de estos receptores se presenta como una vía muy prometedora para combatir la pandemia de obesidad. Sin embargo, aún habrá que esperar.
Como concluye James Gardiner, "dado el justificablemente largo y complejo proceso del desarrollo de fármacos, aún deberemos esperar bastante hasta la obtención de cualquier posible tratamiento que pueda derivar de nuestros resultados. Sin embargo, la contundencia de nuestros hallazgos, así como la duplicación en el tamaño corporal de estos ratones, demuestran que merece la pena continuar investigando el papel de las hormonas tiroideas y de sus receptores en la lucha frente a la obesidad".