Con el desafío de trabajar sobre los “racismos locales” y sus ramificaciones en la convivencia cotidiana, en el uso despectivo de la palabra negro, en la negación de las raíces afro y las identidades de los pueblos originarios, el grupo “¿Y vos de dónde sos?”, recorrió ciudades y pueblos del norte de Santa Fe y Chaco y trazó un primer balance de su experiencia.
Julia Broguet, María Laura Corvalán y Manuela Rodríguez juntaron sus conocimientos de antropología, comunicación social y danzas afro, luego convocaron al músico Marco Bortolotti y crearon una “propuesta escénica para trabajar los racismos locales” que fue seleccionado por el programa Gestionar Futuro del Ministerio de Cultura de Nación, con el objetivo de “construir comunidades plurales”.
A la danza y la música, la sumaron diálogos y rondas para que las distintas experiencias se compartan. Eso hicieron junto a mujeres rurales de San Javier, Garabato y Villa Ocampo, en Santa Fe. También en Resistencia y en Castelli, sobre todo con pueblos indígenas.
“Trabajamos en cómo se expresa el racismo en Argentina, con el término negro, en su polisemia y en sus entrecruzamientos, con dimensiones de clase, de raza, étnicos, de género, como una síntesis de todo aquello que es marcado como no europeo, como no suficientemente blanco en sus comportamientos sociales, en sus formas de vestirse, en sus formas de hablar”, afirmó Julia Broguet a Rosario3.
Para la antropóloga, eso “no refiere solo a lo afrodescendiente, sino que alude a lo indígena, a lo mezclado, y funciona de forma similar a lo que es el mestizaje en otros contextos como el mexicano o el brasileño, para referir a una mezcla que está cargada de connotaciones negativas en nuestro país”.
A eso se suma lo que “históricamente padecieron esas poblaciones otrerizadas que fueron como mecanismos que operaron de maneras distintas, la invisibilización, la negación, el silencio, el ocultamiento, fue muy fuerte hacia la población afrodescendiente”.
En ese sentido, contrastó, “no es lo mismo ser migrante uruguayo que migrante boliviano que migrante haitiano: pesa el racismo y la xenofobia de manera articulada y de formas distintas sobre esas poblaciones según su apariencia, sus rasgos corporales, y de hecho también esa xenofobia actúa en la extranjerización de las poblaciones afrodescendientes e indígenas connacionales, o sea, que también son extranjerizadas por sus rasgos. Son personas consideradas como no argentinas, como migrantes”.
Caracoles rotos
Después del trabajo previo que realizan las organizaciones locales que hacen de alianzas en el territorio, el taller “Argentina, ¿de dónde sos?” (el último nombre del proyecto que se va adaptando año a año) comienza con la presentación y performance del grupo. Sigue con una dinámica de participación en donde las tres polleras de las protagonistas del dispositivo comunicativo (bailan, cantan, actúan) se tienden sobre el piso, forman distintos niveles y se crea un mapa simbólico con caracoles de distintos colores.
Eso genera una primera intervención de los participantes que vinculan la propuesta a los roles que tienen en las comunidades, cómo se ordenan los trabajos en las zonas rurales y llega hasta la racialización de las labores. “Ese mapa que hacemos tiene desniveles y los caracoles marrones quedan en el borde de la pollera y cuándo preguntamos qué hacemos con los que están rotos, dicen «los tiramos» o los ponen abajo de la pollera”, planteó Broguet.
Pero cuando el taller avanza, y la palabra circula, como una forma de entender el impacto simbólico de eso, surgen preguntas. ¿Qué representa el color para ellos, quiénes son los rotos en nuestras sociedades? Entonces hay quienes ubican a los marrones en el centro de la escena o sacan los caracoles rotos que estaban escondidos bajo la superficie.
“Esa es la potencia de lo artístico, que es polisémico. Se puede transformar lo que aparece como dado”, siguió la doctora en Antropología.
El encuentro apuesta después a repensar los vínculos con los otros objetos que aparecen en la puesta escénica, como por ejemplo la pipa que usa un hombre español o el pañuelo de una mujer que baila cumbia. Eso se conecta con el motivo que los convocó a participar del taller y así nacen las conversaciones sobre, por ejemplo, las diferencias entre criollos e indígenas que se expresa de distintas maneras en el norte santafesino y en Chaco.
“En Santa Fe hay una presencia más acriollada de los pueblos originarios, aunque por los rasgos y por las historias familiares que cuentan está presente esa tradición. Mientras que en Chaco existe una identidad que sí se nombra, está diferenciado”, dijo y rescató la memoria viva sobre hechos traumáticos, como por ejemplo la Masacre de San Antonio de Obligado de 1887 o los restos y recuerdos de La Forestal.
“En Chaco hay mucha presencia qom y wichi. En Santa Fe, en la zona que estuvimos, hay más mocoví. Y el origen étnico racial está muy mediado por lo laboral. Aparece una distinción muy fuerte entre quienes trabajan la tierra que son el peón, el changarín, que son los oscuros, por un lado; y el gringo, el patrón o el dueño de la tierra, en definitiva el colono (con mucha presencia de colonias alemanas y suizas en Chaco), por el otro”, diferenció.
“En esa clave –continuó– de nombrar las desigualdades, sociales y raciales, está tan mediado todo por el lenguaje laboral que hablar de racismo nos costó bastante. Poder pensar cómo esas desigualdades están vinculadas a los orígenes étnicos, cómo se conformó la sociedad esa zona, porque no fue el mismo destino de un descendiente de indígenas al de un colono. Nombrar el racismo en esos términos no fue fácil porque tiene que ver con la historia de la zona y porque nosotros veníamos con un lenguaje de la ciudad”.
Esa dificultad –reconocerse en el caracol roto del fondo o el marrón que quedó marginado– implica atravesar un trance “doloroso porque no son procesos simples”. “Por eso la performance es una mediación para poner en el cuerpo lo que a veces con la palabra no se puede nombrar y aparecen imágenes muy potentes”, agregó.
La pregunta inicial
“Argentina, ¿de dónde sos? Propuesta escénica para trabajar los racismos locales” es un proyecto cultural asociativo que fue seleccionado por el programa Gestionar Futuro del Ministerio de Cultura de Nación para trabajar en las provincias de Santa Fe y de Chaco.
El programa es anterior y se desarrolla desde 2015 con distintas modalidades y acuerdos. Este año, lo ampliaron a mujeres trabajadoras del Inta en zonas rurales de San Javier, Garabato y Villa Ocampo. En Chaco, coordinaron con el Museo del Hombre Chaqueño y con la APDH de Castelli, que es una asociación con larga historia de trabajo con pueblos indígenas.
“¿Y vos de dónde sos? es la iniciativa madre de las variantes que nacieron. En la última de Gestionar el Futuro, como tenía un alcance más federal, pusimos Argentina en el título porque la pregunta interpela”, agregó la referente.
La idea nació en 2015 por una convocatoria del Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Son dos antropólogas, una comunicadora y un profesor de música. “En esa época estaban apareciendo expresiones muy racistas y muy xenófobas y acciones muy agresivas hacia la población migrante”, recordó Broguet.
El disparador fue una muestra de piezas arqueológicas de Arroyo Leyes, una localidad que está próxima a Cayastá, Santa Fe la Vieja, donde fue la primera fundación de Santa Fe. “Son piezas vinculadas a la presencia africana y afrodescendiente en esa zona. Tiene toda una historia esa colección que habla mucho de la invisibilización de esta presencia étnica en la región y en la historia nacional. Lo que pasó con esa colección es todo un relato del proceso de negación, de ocultamiento y de silencio”, sobre la presencia de negros en Santa Fe y en la historia nacional, agregó.
Ellas que venían de bailar y tocar tambores en su formación en danzas de orixás, de origen afro-brasilera, redoblaron la apuesta y cuestionan "la historia escolar de una argentina blanca, europea, que vino de los barcos”.
La aporofobia y el interior morocho
“La aporofobia en Argentina es racista, pesa en particular sobre los cuerpos que tienen rasgos racializados. Es clave cómo funciona el término negro y se entrecruza con cuestiones de clase, raza y etnia de forma muy fuerte”, analizó Broguet sobre el puente de sentido generado entre “pobre” y “negro”.
Para la vocera del grupo, emergen diferencias raciales también en “la fractura del espacio nacional y su conformación con consecuencias hasta el día de hoy”. Un quiebre fundacional entre Buenos Aires y el interior, “ese interior morocho, que morocho es otra categoría racial en Argentina, y esa blanquitud porteña, cada vez más reducida a Caba o a ciudades cabeceras en la provincia como puede ser Rosario".
“Esa blanquitud se va resquebrajando a medida que uno se aleja", dijo y habló de labores rurales de mucha precariedad y el concepto de "del trabajo esclavo, del trabajo en negro, de la idea de lo negro como un sinónimo de informalidad o de precariedad laboral, o de condiciones de semi sujeción”.
Asomaron entonces otras aristas invisibilizadas en las profundidades del norte. Se trajeron, contó la antropóloga, preguntas y nuevas realidades para elaborar de esos territorios cercanos y lejanos al mismo tiempo.