El Refugio Sol de Noche cumple 12 años y éste es el invierno número 13 que abre sus puertas para darle abrigo a los que no tienen un lugar propio para pasar las noches más desangeladas. En medio de una ola de bajísimas temperaturas en Rosario que obligó a la apertura de un nuevo refugio municipal en el Polideportivo 9 de Julio, Jorgelina, una de las voluntarias habló sobre la problemática y de su propia experiencia de 6 años colaborando en el lugar.
“He podido ver otras realidades desde adentro, una ve la realidad a diario pero tener la oportunidad de involucrarse y saber por qué una persona llega a esta situación es grandioso en lo personal. Pude descubrir otra persona en mí”, reflexionó la colaboradora en contacto con el programa Roberto Caferra (Radiópolis, Radio 2).
¿Qué sucede en una sociedad para que una persona termine buscando refugio?, fue una de las preguntas que Jorgelina respondió: “Hay múltiples factores, uno es la problemática de la salud mental, también hay aspectos sociales y económicos los que hacen que una persona llegue a esta situación”, planteó al tiempo que advirtió: “Le puede pasar a cualquiera si no se tiene recursos afectivos como familiares o amigos o distintas herramientas”.
En este sentido, consideró: “El abordaje de la problemática debe ser integral, si sólo nos ocupamos del paliar la situación momentánea, seguirá así. Aunque se trata de una tarea importantísima esta de brindar contención, no alcanza”. E insistió: “Si no hay un abordaje integral esto irá en aumento a medida que pasan los años las personas que llegan al refugio han ido cambiando. Ese croto tradicional que ha tenido un problema mental, que es médico o abogado y va con sus bolsas está y sabemos que a nadie en su sano juicio le puede gustar vivir así. Pero ahora también vemos personas que tienen otras herramientas y pasan por esta situación económica o se han separado, han venido de otras ciudades y han pedido refugio por un tiempito, han sido aves de paso”.
En estos 6 años de colaboración, Jorgelina se ha nutrido de historias: “La gente que viene a Sol de Noche busca un hogar, la contención y el oído. Tenemos una dinámica igual que en tu casa, y entonces es muy difícil cortar esta situación y entonces años tras años vuelven con nosotros”.
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