Un perro salvó a un esquiador que estuvo más de una hora enterrado bajo un metro y medio de nieve a raíz de una avalancha en un glaciar de la ciudad de Ushuaia.

El joven fue rescatado gracias a la pericia de “Tango”, un perro de los bomberos entrenado para este tipo de siniestros. El can marcó el lugar donde se encontraba la víctima y posibilitó que lo sacaran: se recupera en el Hospital Regional de la capital de Tierra del Fuego.

El episodio se desencadenó cuando un gran desprendimiento de nieve se deslizó montaña abajo y sorprendió a dos jóvenes que practicaban esquí de travesía, en medio de una jornada con nevadas intermitentes y mucho frío.

Según la agencia de noticias Télam, uno de los esquiadores sufrió golpes en una rodilla porque se le trabó el esquí contra unas rocas, pero logró eludir la avalancha y pudo pedir ayuda. A su compañero, en cambio, no lo encontraba por ningún lado. De inmediato, integrantes de la Comisión de Auxilio de Ushuaia activaron el protocolo de rescate y se dispuso un operativo de búsqueda con base en la parte inferior del glaciar.

Los rescatistas llegaron al glaciar cerca de las 22, subieron un tramo de la montaña en motos de nieve y después comenzaron una carrera a pie, enterrándose hasta la cintura y saltando troncos. “Cuando el muchacho que pidió auxilio me marcó el lugar, Tango empezó a hacer su trabajo. Recorrió unos 10 metros y empezó a ladrar y a rascar la nieve. Lo había encontrado”, relató el bombero de 57 años, oriundo de Olavarría pero radicado en Ushuaia desde 1987.

“Empezamos a escarbar con cuidado, con palas y con las manos. Hasta Tango ayudó. La nieve estaba muy compacta y húmeda. De repente encontramos una mano. Estaba quieta y temimos lo peor”, continuó el rescatista.

Sin embargo, cuando los miembros de la Comisión de Auxilio lograron destapar el cuerpo que estaba un metro y medio enterrado en la nieve, vieron que el joven movía los dedos, y a partir de allí se desató una verdadera carrera contra el tiempo para ponerlo a resguardo y trasladarlo de urgencia hasta un centro médico.

“La verdad es que no sé cómo sobrevivió. Fácilmente estuvo más de una hora enterrado hasta que lo encontró Tango. No había una burbuja de aire con el exterior y calculo que la nieve que tenía encima pesaba unos 200 kilos”, rememoró Elizari.

Los brigadistas prepararon al esquiador accidentado, lo subieron a una camilla e iniciaron el descenso por la montaña, llegando a la medianoche a la base del glaciar donde los esperaba una ambulancia. Media hora después descendió el resto del personal afectado a las tareas de rescate y se dio por finalizado el operativo.

Cerca de las 2 de este domingo, un parte extraoficial emitido por personal médico del Hospital Regional Ushuaia informó que el esquiador “se recupera y se encuentra estable, con parámetros normales e internado en observación”.