Hace diez meses que los ventiladores mecánicos que donó Lionel Messi a Rosario están en un depósito del aeropuerto de Fisherton sin poder usarse. Aunque reconoció que por ahora no son “absolutamente necesarios”, el secretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, destacó la utilidad que tendrían hoy para contener el rebrote de covid y aliviar el trabajo en las guardias.
“Detrás del porcentaje de camas críticas ocupadas, está la tensión y trabajo en todas las guardias y este equipamiento puede ser útil”, señaló Caruana, en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2).
“Si me preguntabas hace cinco años atrás si el hospital Alberdi, el Roque Sáenz Peña o el Carrasco iban a tener pacientes con respirador en la guardia, yo decía que no, que eso era para las terapias intensivas, las unidades críticas. Hoy se reformuló todo”, advirtió. "Este equipamiento puede ser útil", dijo.
Los ventiladores mecánicos no son respiradores, sino una primera asistencia respiratoria que suele hacerse manualmente. Estos equipos reemplazan ese trabajo manual, que simula la frecuencia de la respiración y que a veces puede requerir horas.
El 8 de agosto pasado, llegaron a la ciudad 32 de los 50 ventiladores mecánicos que donó la Fundación Messi, y desde entonces están en un depósito del aeropuerto Islas Malvinas a la espera de la habilitación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para poder ser distribuidos y usados.
Caruana informó que junto al intendente Pablo Javkin intentan conseguir el permiso desde el año pasado y que actualmente sigue el trámite la propia Fundación desde Barcelona, España.
Messi había donado también respiradores artificiales y otros instrumentos al hospital Garrahan, de la ciudad de Buenos Aires, en mayo de 2020 y la institución porteña los compartió con otros centros de salud del país, como el hospital Cullen de la ciudad de Santa Fe, que recibió siete respiradores, 10 bombas de infusión y dos monitores multiparamétricos.