Algunos senadores provinciales insisten en llamar “presidente” a la presidenta del cuerpo, Alejandra Rodenas. Ayer, la vicegobernadora debió corregir al legislador Felipe Michlig, quien la llamó en masculino cuando meses atrás había hecho lo mismo su par Rubén Pirola. En esa oportunidad, Rodenas le explicó –también a Traferri y Michlig– con suma amabilidad y paciencia la incorrección del uso del lenguaje que se hacía y al igual que en la jornada de ayer, le respondieron entre risas.
Aunque el Senado provincial tiene una tradición de ser encabezado por mujeres –Griselda Tessio y María Eugenia Bielsa ocuparon el sillón de la presidencia– algunos integrantes del cuerpo se resisten a denominar el cargo en femenino. Este jueves, el senador radical llamó “presidente” a Rodenas, quien lo corrigió con simpatía, explicándole que la Real Academia Española avala el uso de “presidenta”. El legislador se rió durante todo el tiempo en que duró el cruce verbal y terminó diciéndole que la llamaría como ella quisiera.
Con un tono firme, la vicegobernadora volvió a apelar a su buena voluntad y le respondió: “No es como yo quiera, es como se debe llamar a una mujer que ejerce el cargo" y agregó: “Con la Ley Micaela va a haber capacitación con perspectiva de género para los senadores y la senadora. Ahí vamos a terminar de dirimir esta discusión".
No es la primera vez que Rodenas debe aclarar que es la presidenta del Senado y no su presidente. “Yo me considero señora presidenta”, le dijo a Rubén Pirola en la última sesión celebrada en 2019 cuando se dirigió a ella como “presidente o presidenta”, entre risas, al lado de Armando Traferri, también risueño por la situación. Entonces, también nombró a Michlig en la aclaración.
La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, también tuvo que intervenir en el Congreso nacional cuando el legislador formoseño José Mayans, jefe de la bancada oficialista del Frente de Todos, la llamó “señora presidente”. “Presidenta, senador", le aclaró, él retrucó: “La palabra presidente no tiene sexo” y Cristina lo apuró: “No, no. Eso lo dicen los machistas”.