La vida podría prosperar en lugares más diversos de lo que se pensaba, incluso en mundos alejados del calor directo de una estrella. Las lunas de Urano, al igual que las de Júpiter y Saturno, podrían albergar condiciones similares, lo que motivó a los científicos a explorar más a fondo estos entornos en busca de indicios de vida extraterrestre o características geológicas únicas. Una misión a Urano y sus lunas podría arrojar luz sobre la formación y evolución de estos cuerpos celestes, ampliando nuestra comprensión del sistema solar.

Los científicos planetarios saben que algunas de las lunas de Júpiter y Saturno probablemente poseen océanos de agua líquida en su subsuelo. Estos "mundos oceánicos", como la luna joviana Europa y la luna saturniana Encélado, no se encuentran en la "zona Goldilocks" (la distancia óptima desde una estrella donde puede existir agua líquida en la superficie de un mundo), que anteriormente se creía que era un requisito para la habitabilidad, según el sitio especializado Space.com.

En cambio, los investigadores están considerando la posibilidad de que la vida pudiera sobrevivir dentro de estos cuerpos, suspendida en océanos internos calentados por diversos mecanismos. Estas hipotéticas formas de vida podrían utilizar vías metabólicas químicas similares a las que utiliza la vida en el fondo oceánico de la Tierra. 

Cada vez más, la comunidad astrobiológica está mirando más allá de los sistemas de Júpiter y Saturno. Están pidiendo una misión a Urano y sus lunas, ya que varias de ellas mostraron señales reveladoras de tener océanos líquidos internos y composiciones químicas que podrían ser favorables para la vida. 

De hecho, enviar una nave espacial a estas lunas lejanas podría revelar pistas sobre su habitabilidad y los mecanismos detrás de la formación y evolución de estos mundos, explicaron los científicos planetarios en un artículo reciente. "La perspectiva más emocionante en las lunas (de Urano) es que aún podrían albergar océanos en la actualidad. Es una probabilidad baja para algunas de ellas, por lo que si la misión encuentra océanos en todas o en la mayoría de ellas, ayudará a comprender mejor qué mecanismos ayudan a mantener calientes los interiores de estas lunas", dice Julie Castillo-Rogez, científica planetaria del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa.