Una familia de la vecina localidad de Maciel experimentó una situación extraordinaria en la cena de Navidad del sábado pasado. En medio de la tormenta eléctrica, una descarga celestial que pudo ser un rayo o una centella se precipitó sobre la casa con efectos similares a una explosión. La historia espectacular de una Nochebuena totalmente atípica.
El sitio local Infomás publicó el particular relato de lo sucedido y este martes, en diálogo con Radiópolis (Radio 2) Natalia, una de sus protagonistas brindó detalles al respecto. De acuerdo a lo que contó, el sábado pasado junto a una quincena de familiares cenaban en la vereda de calle Salta al 800 de Maciel celebrando las fiestas. Algunos minutos después de las 11.30, a poco del brindis, empezaron a caer algunas gotas de lluvia por lo que optaron por ingresar a la vivienda los platos y vasos y solo dejaron una mesa desplegada.
“A lo lejos refusilaba, la tormenta parecía lejos. De pronto, se hizo de día, se puso blanco. Los vecinos dijeron que vieron como una pelota de fuego caer arriba de la casa. Cuando pasó, me encontré tirada boca abajo en el suelo con mis primos en un rincón. Hizo como una expansión, como una bomba, sentí que me empujaba el pecho y nos voló”, relató sobre el extraño hecho.
El fenómeno provocó el corte de luz en toda la población que enseguida se reestableció. En la casa afectada no regresó. “Quedamos aturdidos, pensé que estaban todos muertos. Estaba sorda, para nada bien”, admitió la mujer tras el impacto. “Volamos por el aire, quedamos desconcertados”, agregó.
La descarga del cielo, minutos antes de la Navidad, quemó el tablero eléctrico de la casa. También provocó algunos quiebres en las paredes. “Tenemos que esperar a la EPE”, indicó sobre la auditoría que deberá determinar los alcances del fenómeno y, si es posible su origen. Es que aun no saben a ciencia cierta qué es lo que cayó del cielo: “Algunos vecinos dicen que es un rayo, otros una centella. Algunos dicen que vieron cómo se expandía por debajo de los autos de la cuadra”.
Mientras tanto, Natalia y su familia intentan procesar lo que debieron vivir. “Sufrimos algunos golpes y pequeñas quemaduras. Brindamos a las 12 aunque no se nos pasaba el susto. Me traje a mi mamá a mi casa”, concluyó aun conmovida por la explosión.