Las declaraciones del secretario general de la Municipalidad, Miguel Angel Tessandori, sobre la posibilidad de que desembarque en Rosario un sindicato que agrupe a trapitos y cuidacoches, volvió a poner la actividad callejera en debate. Desde la Secretaría de Control, área que se ocupa de promover condiciones de convivencia y seguridad en los espacios públicos, advirtieron que se intensificaron las intervenciones, pero advirtieron que la normativa vigente requiere que, ante casos, de extorsión, la víctima radique la denuncia correspondiente para poder accionar.
En diálogo con Radiópolis (Radio 2), el secretario de Control municipal, Diego Herrera fue consultado acerca de las situaciones de violencia y extorsión que protagonizan algunos cuidacoches en Rosario. ¿Cómo hacer para minimizar estos casos? La pregunta lleva años de discusión sin una respuesta que ordene la problemática que aqueja a vecinos y vecinas en el Concejo de Rosario.
“Hoy la normativa te limita mucho la posibilidad de meterlo preso”, señaló el funcionario al ser consultado sobre los trabajadores informales que “aprietan” y amenazan a conductores. “Hoy necesitamos que el vecino denuncie la extorsión, pero venimos haciendo con la Policía motorizada dispositivos para la identificación de estas personas”, aseguró.
El Concejo Municipal de Rosario ha discutido la regulación de la actividad de los cuidacoches cada vez que se renuevan las denuncias por incidentes. En 2022, se puso en marcha del Código de Convivencia que contiene un artículo, fue apuntado por el oficialismo como el que serviría para sancionar a los cuidacoches de la ciudad, aunque fue el más cuestionado. Se trata del 300, enmarcado dentro del capítulo de “Faltas de peatones”, y establece: “La persona que, mediante actos determinados obstruya o altere la fluidez o seguridad del tránsito, o que mediante actos extorsivos y/o de cualquier otra manera se arrogue preferencia de uso sobre la calzada o parte de la misma sin autorización alguna de la autoridad, será sancionada con multa de 10 a 200 UF y/o con la realización de tareas educativas y concientizadoras”.
“No pueden lavar coches en la vereda”, destacó Herrera en este sentido, y aseguró que los agentes fiscalizan que no desarrollen esta actividad. La idea es “molestarlos para que los vecinos no se sientan acosados”, dijo en referencia a un seguimiento de los incumplimientos en los que pueden incurrir, en el marco de operativos matinales y vespertinos que se intensifican a la noche en zonas más concurridas, como los corredores gastronómicos.
Iniciativas
Las iniciativas en torno a la actividad de trapitos y cuidacoches han sido múltiples y de diversas tonalidades.A fin de año, se pusieron sobre la mesa, 3 propuestas en el Concejo.
El proyecto del concejal del Frente de Todos, Lisandro Cavatorta, propone censar, registrar y diferenciar entre los cuidadores de calles de lunes a domingo, y los de espectáculos masivos, culturales o deportivos, “para detectar a los que hace años trabajan en una cuadra, son reconocidos por los vecinos, se manejan con respeto y cobran a voluntad, realizan esta actividad para llevar un mango a casa, y separarlos de los que son mafias organizadas y en muchos casos delincuentes con antecedentes”.
Una vez hecho ese registro, se distribuirán en zonas, días, horarios y eventos. La idea es replicar y expandir la experiencia solidaria que ha funcionado en la Rambla Catalunya y la Fiesta de Colectividades, pero con precio voluntario.
Por otra parte, el proyecto de Fernanda Gigliani también postula la implementación de un padrón que identifique a quienes actualmente llevan adelante la tarea y que a su vez tengan que capacitarse de manera obligatoria en buenas prácticas.
Esto incluye, según se detalló, la formación en atención al público y convivencia ciudadana, información turística sobre la ciudad, instrucción sobre normativa de tránsito, capacitación económica y financiera básica, y formación en género y diversidad.
Será requisito para llevar adelante la actividad tener constancia de inscripción en alguno de los programas de capacitación profesional o educativos municipales y provinciales, con el objetivo de generar un proyecto de vida alternativo.
A su vez, plantea un orden de prelación que tome los años de antigüedad en la actividad, y que la contribución sea voluntaria, evitando la exigencia de un pago fijo y la solicitud anticipada de entrega de un monto de dinero. Y prevé la identificación con pecheras, vestimenta adecuada y un código QR.
“Hay que hacer una diferenciación entre aquellos que se organizan para cometer delitos, a los cuales se les debería aplicar el Código Penal, y otro universo de trabajadores informales que llevan adelante esta actividad de cuidacoches”, explicó.
Ciudad Futura propuso recuperar una experiencia piloto del proyecto de “estacionamiento cuidado” presentado en 2016 durante la discusión de la concesión de la explotación del estacionamiento medido.
Propone hacer una prueba experimental en una zona en particular: 1º de Mayo de San Luis hasta Córdoba; Córdoba entre Buenos Aires y avenida Belgrano; y Belgrano entre Rioja y Córdoba, calles donde no hay estacionamiento medido.
El sistema toma el modelo de la ciudad de Mendoza, con la compra anticipada de una tarjeta cuyo valor lo impone el Ejecutivo: “El trabajador cuidacoche compra la tarjeta a un tercio del valor, y se queda como ganancia con la diferencia entre ese valor de adquisición y lo que le cobra al ciudadano usuario del sistema".
"El resto son ingresos a las arcas municipales para destinar o a reforzar el sistema de bicicletas públicas, o al Fondo Compensador del Transporte”, explicó Pedro Salinas, integrante de la comisión.