Este domingo continuaban los enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) por el control del territorio por segundo día, pese a presión externa para cesar hostilidades que ya dejaron cerca de 60 civiles muertos, incluyendo a tres empleados de la ONU.

Los fuertes combates que comenzaron el último sábado y en los que participaron aviones, vehículos blindados y camiones con ametralladoras montadas sacudían en la jornada a la ciudad capital, Jartum, y a la vecina Omdurman, entre otros puntos conflictivos de la nación árabe del noreste de África. Los enfrentamientos son la culminación de meses de tensiones entre el Ejército y las FAR, su antiguo aliado.

Esas tensiones ya habían retrasado un acuerdo con los partidos políticos para que el país volviera a su breve transición a la democracia, que se descarriló por un golpe militar en octubre de 2021 dado conjuntamente por el Ejército y las FAR, detalla la agencia Télam.

El sindicato Comité Central de Médicos que desde el golpe es la principal fuente de información sobre las víctimas de represión o combates dijo que al menos 56 civiles murieron y unos 600 resultaron heridos en estos dos días de enfrentamientos entre el Ejército y las FAR.

Tanto el Ejército como las FAR afirmaron tener el control de lugares estratégicos en Jartum en tanto que ambas partes dijeron en las últimas horas que no negociarán.

El Ejército, encabezado por el general y líder golpista Abdel Fatah al-Burhan, pidió el desmantelamiento de las FAR, a las que calificó de “milicia rebelde”. El jefe de las FAR, el general Mohammed Hamdan Daglo, dijo a la red de noticias saudita Al Arabyia que descartaba negociar y pidió a Burhan que se rindiera.

Mientras tanto, la presión diplomática iba en aumento. El secretario de Estado estadounidense, el secretario general de la ONU, el jefe de política exterior europea, el jefe de la Liga Árabe y el jefe de la Comisión de la Unión Africana instaron a las partes a dejar de pelear.

En el Vaticano, el Papa Francisco dijo este domingo que seguía "con preocupación" los acontecimientos que se desarrollan en Sudán.

"Estoy cerca del pueblo sudanés... e invito a la oración para que depongan las armas y prevalezca el diálogo, para retomar juntos el camino de la paz y la armonía”, dijo el pontífice en declaraciones al público en la Plaza de San Pedro.

También este domingo el organismo de la ONU para la alimentación (PMA) dijo que suspendió temporalmente las operaciones en Sudán después de que tres de sus empleados sudaneses murieran ayer en combates y un avión utilizado por el PMA resultara dañado.

“No podemos hacer nuestro trabajo de salvar vidas si no se garantiza la seguridad de nuestros equipos y socios”, dijo Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PAM), en un comunicado.

Cerca de 16 millones de personas, o un tercio de la población de Sudán, requieren asistencia humanitaria, según la ONU.

Por su parte, la Liga Árabe, a petición de Egipto y de Arabia Saudita, inició hoy una reunión de emergencia para discutir la situación en Sudán.

Las desavenencias entre ambos bandos sudaneses se centran principalmente en el futuro de los paramilitares del FAR y su integración dentro de las Fuerzas Armadas. Aunque el Ejército no rechaza su integración, quiere imponer sus condiciones y limitar su incorporación en el tiempo.