El club Sportivo “Pablo M. Silva”, también conocido como club PMS, entrena alrededor de 500 jugadores de entre cuatro añitos y treinta, tanto varones como mujeres, todos oriundos de los barrios Cariñosa, Acindar y Plata. Incluso hay algunos que llegan en bicicleta desde Godoy y Cabín 9, que entrenan con Antonio Silva, su creador, desde los comienzos.
El PMS nació del deseo de Antonio por cumplir el deseo su hijo Pablo, de 14 años, que murió trágicamente por una bala perdida en noviembre de 2018 cuando miraba a sus hermanos jugar un partido de fútbol en un potrero de barrio Itatí. “Yo coordinaba el club Juan XXIII, y Pablo jugaba ahí, y me decía siempre que yo tenía que armar mi propio club. Cuando murió Pablo, eso fue lo primero que recordé”, aseguró Antonio en diálogo con Rosario3, mientras comenzaba a repartir budines y panes dulces en el club para los vecinos.
Cuatro años después de haber conformado la asociación civil, y tras la pandemia que puso freno al comienzo, el club Sportivo Pablo Silva nunca paró de crecer. Este año ya tiene sus frutos visibles luego de cuatro años en la Liga rosarina: los chicos de la 7ª división salieron campeones en su categoría, y son tres los adolescentes que se están probando en Argentinos Junior.
Este jueves el club cerrará sus actividades del año celebrando en comunidad los logros, y recibirá a sus jugadores y familias desde las 17 con una merienda, mientras se podrán probar jóvenes y niños de todas las edades y sexos. Cerrarán la jornada con una hamburgueseada colectiva.
Antonio aseguró que la sensación tras todos estos años de entrenamiento con los niños, adolescentes y jóvenes del barrio que “la sensación es de que somos una familia que se va formando y no para de crecer”, y es por eso que durante la jornada de cierre del año, no se excluirá ninguna edad para probar jugadores y jugadoras.
“Es una gran convocatoria, que esperamos a todos en el predio de avenida Uriburu y Avellaneda, porque el objetivo es que de mil chicos que juegan, llegará uno o dos, pero en ese camino buscamos formar al niño para proyectar al hombre, contener a los chicos para que estudien en la escuela lo máximo posible, en tiempos muy difíciles que se viven en sus casas. Con esfuerzo, los logros llegan”, aseguró con orgullo por los frutos del propio club que formó cumpliendo el reclamo de su hijo Pablo, con el esfuerzo de toda su familia.
Consultado Antonio Silva sobre cómo se sustenta, destacó: “Trabajamos a pulmón, hacemos muchas rifas para poder inscribir a los chicos en la Liga, y tenemos aportes pequeños, pero cuesta un montón”.
El club Sportivo “Pablo Silva” recibe donaciones de elementos deportivos, sobre todo pelotas de fútbol. Para coordinarlo, se puede llamar a Antonio al (341) 6356176.
La Municipalidad de Rosario, a través de la Dirección de Asistencia y Empoderamiento de las Víctimas, ha acompañado al Club Sportivo Pablo Maximiliano Silva en su desarrollo integral, consolidándose como un actor clave para su fortalecimiento. Desde el Programa de Reducción de Violencias en la cartera de Control, el director de Asistencia y Empoderamiento a la Víctima municipal, Gonzalo Bonifazi, destacó que “el acompañamiento con apoyo institucional es mediante la provisión de recursos materiales, equipamiento deportivo, mejoras en infraestructura y una presencia cotidiana que se sostiene en una escucha activa para identificar y dar respuesta a las necesidades emergentes del club y su comunidad”.
Bonifazi destacó que “estas acciones, enmarcadas en una intervención territorial con enfoque de derechos, han permitido garantizar la inclusión, la participación y el desarrollo de más de 500 niños, niñas y adolescentes de los distritos oeste y sudoeste, promoviendo la cohesión social y la construcción de una cultura de paz”.