La modelo Sol Pérez compartió que durante su adolescencia padeció serios problemas de alimentación y que, actualmente, le cuesta mantener un vínculo sano con la comida. La también abogada admitió que quería ser flaca como sus compañeras de colegio que seguían los modelos promovidos por las redes sociales, dejó de comer y hasta sufrió desmayos.
“Cuando era más chica sí tuve mis problemas con la alimentación, sobre todo por una obsesión que tenía con lo que veía en redes sociales. Tomar decisiones de entrenar para estar como tal persona y comer un yogur en todo el día. No es bueno tampoco para la salud”, contó en diálogo con Infobae y que publica El Trece.
De acuerdo a su testimonio, se empezó a desmayar en el colegio. “Mi mamá me llevó al médico, pesaba muy poco. Me dijeron que iba a tener que empezar un tratamiento, si no me alimentaba. Me acuerdo que me daban gotitas para abrir el apetito. Dejaba de comer, me sentaba y me costaba mucho, mucho, terminar mi plato de comida”.
“Dejaba de comer, y todo fue empeorando mucho más, porque después se cierra el estómago. Perdés las ganas de comer. Me sentaba y me costaba mucho, mucho, terminar el plato de comida. Me acuerdo que mi papá me decía «hasta que no te lo termines no te levantas de la mesa». Y yo no podía de verdad. Me caían las lágrimas, ya no tenía hambre, no me entraba la comida. Pero tuve siempre el apoyo de mis papás atrás para todo”, precisó.
Y agregó que “yo era chica y se usaban mucho las revistas con las que armabas los looks. Con fotos de una persona a la que vos ibas cambiando de ropa. Eran todas flaquísimas. Toda mi vida hice deporte, siempre tuve mucha masa muscular y mis compañeras del colegio eran todas flacas, altas. Yo medía 1,60 y era musculosa. Empecé en el gimnasio a seguir a una chica fit que tenía un lomazo tremendo. Tenía 16, 17 años y dije ‘la solución a esto y la clave del éxito para estar como ella es no comer claramente’. Yo no comía nada, nada”.
“Mis papás no tenían el control sobre lo que yo comía o no comía porque estaba todo el día en el colegio, salía y me iba a entrenar. Así empecé con los desmayos y llamaron a mi mamá y me llevó al médico. Es muy duro también para la gente que acompaña, cuando uno tiene un tema así. La relación que tiene uno con la comida nunca es del todo sana después. Es algo que se trabaja y que se intenta sea lo más saludable y sano posible. Pero es difícil”, dijo también.
Y sobre su relación actual con la comida indicó que “es complicado”. Y profundizó: “A mí me encanta el deporte y toda la vida me interesó mucho el tema nutrición. Entonces, acompañada con un especialista veo de qué manera poder hacer algo saludable, pero sin eliminar ningún alimento. Generar ese vínculo sano con la comida es difícil”.
Durante la misma entrevista, Sol Pérez habló de su carrera como abogada. Y expuso si ejercerá y por qué decidió retomar sus estudios 12 años después de anotarse en la facultad: “Por ahora creo que me sirve y me ayuda para mi trabajo en Cortá por Lozano. Hacemos muchos policiales, mucha actualidad. No sé si me veo ejerciendo. Hoy me gusta mucho de lo que trabajo”, explicó primero.
Y agregó que “en el colegio siempre fui la que defendía el curso, la delegada del curso y cuando terminé el colegio dije: quiero ser abogada. Empecé el CBC en Drago, hice cinco años en la UBA y cuando trabajaba estaba muchísimo y empezaba la facultad me quedaba afuera, me había quedado libre. Dejé. Cuando empezó la pandemia me pasé a la Universidad Siglo 21, me quedaban 17 materias para terminar nada más. Así que empecé a dar materias, materias, materias y acá estoy”.
“Para darle un cierre, un broche. Igual volvería a estudiar Derecho toda mi vida porque me encanta, es algo que me apasiona. Es lo que a mí me gusta, más allá de que yo amo mi trabajo y que me gusta mucho. Siempre el derecho fue muy importante para mí, siempre me dio herramientas. Siento que no conocía de qué manera defenderme, cómo, hasta dónde, qué es lo que está bien, qué es lo que está mal. Me apasiona”, agregó.