Las imágenes que se conocieron de las lagunas de Melincué, en el sur santafesino, y la de Gómez, cercana a Junín, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, dan cuenta de los devastadores efectos de la sequía histórica que afectó a Argentina en los últimos años. La primera redujo su tamaño unas diez veces en comparación a 2017 y la segunda está completamente seca. Especialistas lo adjudican a la falta de lluvias, por supuesto, pero también en menor proporción al cambio de labranza, la falta de arboledas y la ausencia de proyectos para “compensar” los espejos de agua.
Delqui Nocino, secretario de Obras Hídricas de Melincué, explicó en La primera de la tarde (Radio 2) que la laguna de esa localidad, famosa por sus concurridos balnearios a partir de mediados del siglo pasado, pasó de ocupar 30 mil hectáreas, en 2017, a solo 3 mil en la actualidad.
"Estamos atravesando una sequía bastante grande, donde la laguna está bajando de una manera que nos remontamos a los años 1906 o 1908, que llegó a estas mismas condiciones. La bajante es tan grande que se puede caminar hasta el viejo hotel sin problemas o a la isla solo con el agua a la altura de la cintura”, precisó.
Sobre las causas, Nocino expresó: “La falta de lluvia es un componente del cambio climático. Intervienen otros factores en menor proporción, como el cambio de labranza, la falta de una arboleda y la falta de un proyecto para compensar con espejos de agua”.
El espejo de agua de Melincué también padeció en numerosas ocasiones los efectos de las crecidas y en 2017 sufrió la inundación más grande de su historia, que casi deja sepultado al pueblo bajo el agua.
Al respecto, el funcionario advirtió que, pese a la enorme sequía, al mismo tiempo se encuentran en alerta ante posibles crecidas para febrero a causa de las lluvias pronosticadas. “Nuestra laguna va creciendo porque es una cuenca cerrada, se hizo un dique de contención sobre el camino de alta tensión y ahora se está haciendo una defensa entre el casino y el hotel para proteger el pueblo”, expresó.
El panorama no es muy diferente en la zona de Junín, donde se encuentra la laguna de Gómez, uno de los principales atractivos turísticos del noroeste bonaerense. El nivel del agua no solo bajó drásticamente sino que directamente está seca por completo.
"Está seca totalmente, esta situación no se veía aquí desde hace unos 70 años. Si hubo sequías parciales, pero totalmente como la vemos hoy no. Es una situación grave y seria", relató Fernando Almeida, periodista de Canal 2 de Junín, en Radio 2.
"No se sabe bien cuándo se va a recuperar el caudal que tiene la laguna de Gómez, lamentablemente el principal atractivo turístico de la ciudad se secó", agregó sobre el espejo que es alimentado por La Picasa, otras lagunas y vertientes que llegan desde el río Quinto de Córdoba, y que luego se conecta la laguna El Carpincho y con el río Salado.
La gravedad de la sequía es tal que el último domingo a la tarde el lecho seco del espejo de agua le permitió al piloto de una avioneta, que iba de Lincoln al Club de Planeadores de Junín, realizar un aterrizaje de emergencia donde en otro momento hubiera sido imposible.
Almeida mencionó que en las últimas semanas hubo funcionarios del área de Hidráulica de Buenos Aires recorriendo la zona. Según manifestaron, el caudal se recuperaría “a largo plazo”.