Un rosarino se cansó de esperar la burocracia que envuelve la adopción de un hijo en la Argentina y decidió ser padre soltero a través de un vientre subrogado, una manifestación de voluntades donde una mujer lleva adelante un embarazo para otra persona.
Javier contó en El Tres que en 2017 se inscribió en el Registro Único de Aspirantes con Fines Adoptivos (Ruaga) a raíz que desde que tenía “veintipico” se le despertó el deseo de la paternidad.
“Pasé por todas las opciones posibles y siempre esperaba que apareciera el amor de mi vida, para compartir un proyecto de familia que no fuera monoparental”, contó, hasta que un día se embarcó en el trámite en soledad.
“Me inscribí en el Ruaga; lo único que quería era darle amor a un bebé pero ni por error me han llamado, es un camino difícil”, expresó Javier y un día reflexionó: “¿Por qué estoy esperando que alguien tome la decisión por mí de ser papá?”.
“Entonces –relató– empecé a averiguar si en Argentina era posible, lo publiqué en Facebook, investigué sobre la gestación por sustitución, que es buscar una persona que lleve tu bebé en el vientre, y en el caso mío buscar una donación de óvulos” para realizar la fertilización asistida.
Y añadió: “Al mismo tiempo es generar el vínculo con la gestante para los acuerdos que se firman frente a un abogado para presentar al juez”.
En relación a sus sensaciones ahora que el embarazo está en curso, Javier expresó: “Estoy súper ansioso. Y súper motivado por todo mi entorno. Algunos me preguntan: 'Estás seguro, solo?'; pero una vez que aparece, que ya está la panza, se va armando todo ese mundo”.
El futuro papá dijo que “toda la vida” soñó con que su primer hijo fuera “un varoncito” y que en ese caso se llamará Estanislao, pero si llega una nena aún no tiene definido un nombre.
Igual, no descarta buscar tener más hijos en el futuro. “Me encantaría, por mí tendría un jardín de infantes, que de hecho es uno de mis proyectos para el día de mañana”, finalizó.