El fiscal provincial Mariano Ríos Artacho presentó este martes la renuncia a su cargo dentro de la unidad de Delitos Económicos del Ministerio Público de la Acusación. Se había reincorporado el martes de la semana pasada a sus funciones luego de haber estado suspendido por dos meses por decisión de la Legislatura santafesina por una presunta entrega irregular de un auto que ordenó secuestrar en un procedimiento que fue hallado en manos de un comisario.
Según pudo saber Rosario3, Ríos Artacho alegó una situación personal para dejar su cargo. La medida entrará en vigencia el próximo lunes.
El fiscal había sido sancionado por los legisladores provinciales –no imputado penalmente– después de que se difundiera la imputación hecha por el fiscal José Luis Caterina al comisario de Villa Constitución Álvaro Rosales, denunciado por abuso sexual dentro del Instituto de Seguridad Pública en marzo de 2021 en Rosario.
Al momento del allanamiento a la casa de Rosales –actualmente preso– se le encontró un Mercedes Benz C250 Kompressor que figuraba incautado al empresario Sebastián Grimaldi, imputado por estafas por el fiscal Ríos Artacho.
Según se desprende de la auditoría de María Cecilia Vranicich –ahora jefa de fiscales de Santa Fe–, Ríos Artacho se habría excedido en sus funciones al disponer el destino del Mercedes Benz C250 Kompressor, puesto que esa decisión corresponde legalmente a la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de bienes y Derechos Patrimoniales (Aprad).
Ríos Artacho también fue mencionado –no imputado– en la acusación de la Justicia federal contra un agente de inteligencia federal que fue detenido en mayo pasado por estar sospechado de filtrar información al policía exonerado y condenado como miembro de Los Monos Juan José Raffo.
En la investigación federal se sostuvo que el agente también le filtró datos al fiscal provincial de que se le estaba haciendo un seguimiento a un auto cuya documentación figuraba a su nombre y era usado por Raffo en Buenos Aires. Después de eso, Ríos Artacho brindó un descargo y aportó documentos para exhibir que había vendido el vehículo y que todavía no se habían terminado los trámites registrales para el traspaso de la titularidad, que en ese momento se encontraban en manos de una gestora.