Las palomas suelen poner huevos dos veces al año, pero en las ciudades, donde consiguen alimentarse fácilmente, pueden llegar a reproducirse hasta 5 veces en ese lapso de tiempo. La información que parte de la secretaría de Ambiente y Espacio Público puede explicar la sobrepoblaciòn de estos pájaros en Rosario.

A fin de controlarlos, través de la Dirección general de Vectores dependiente de la secretaría de Ambiente y Espacio Público, lleva a cabo diversas acciones, que incluyen el control de natalidad de palomas, a través de un anticonceptivo (nicarbazina) que es preparado en forma especial por personal de la Dirección de Vectores, para reducir la ovulación.

Durante 2023, los lugares donde se aplicaba el alimento eran cinco. Luego de un relevamiento sobre distintos espacios públicos, se aumentó la cantidad de sitios donde se deja el preparado a 17. Los espacios donde se aplica dicho alimento son: plaza 25 de mayo, plaza Bélgica, plaza Buratovich, plaza De la Cooperación, plaza Del Foro, plaza Florencio Sánchez, plaza Libertad, plaza López, plaza Dr. Maiztegui, plaza Montenegro, plaza Pringles, plaza San Martín, plaza Sarmiento, plaza Sicilia, parque Independencia, Hipódromo Independencia y palomar del parque Independencia.

Cabe destacar que desde el municipio se realiza un relevamiento continuo de edificios públicos para certificar y controlar la presencia de palomares. Se solicita a la población que verifique la existencia de nidos de palomas en el lugar donde habitan (en especial terrazas de edificios) y que no se les suministre ningún tipo de alimentos.

“Se avanza con la instalación de “palomares ecológicos” en el parque Independencia y en el centro de la ciudad”, comentó Marelli en diálogo con De boca en boca (Radio 2). “También, la gestión de huevos por lo que son reemplazados por unos falsos en el palomar del porque para achicar la reproducción y también están las medidas de higiene en general, como por ejemplo, el hidrolavado nocturno en las zonas con más caca”, agregó. Por otra parte, el funcionario mencionó “la aplicación de repelentes a base de ajo en algunos árboles”.

“Arruinan al patrimonio histórico y molestan a los vecinos”, observó el secretario y añadió, por último, que las palomas pueden transmitir enfermedades.