David Pizorno tenía 43 años. Valentino, su hijo, 8. Fueron las víctimas fatales de una picada que corrían dos automovilistas en Avenida del Rosario y Ayacucho el pasado sábado, cuando a 130 kilómetros embistieron el auto y los mataron en el acto. Una tercera persona iba como ocupante del vehículo chocado: Cintia Díaz, que sobrevivió y dio un desgarrador relato sobre la tragedia.
Internada en el sanatorio Los Alerces, Cintia lamentó no haber muerto. "Me hubiese encantado irme con ellos. Para este sufrimiento...Me arrancaron el pecho. Me mataron en vida", dijo.
La mujer comentó que su marido, David, "hacía de todo para llevar comida a casa. Tenía un camión, trabajaba de forma particular. En el barrio todo el mundo lo adoraba. Vivimos en una cuadra de gente laburante y él siempre estaba a disposición. Se le rompía el auto a un vecino y él se quedaba ayudando hasta la 1 o 2 de la mañana. Era un hombre maravilloso".
"Mi hijo también. Era un pibe muy amiguero. Donde iba hacía amigos. Todos los chicos lo adoraban. Yo empecé a vivir cuando nació él. Y ahora se fue mi vida con él. Hoy empezaba la escuela mi nene. Estaba contento, empezaba tercer grado", agregó Cintia.
La mujer, que contó que trabaja en una empresa de limpieza, explicó que planeaban irse de viaje el año próximo. "Teníamos planes juntos, habíamos venido de vacaciones hace poco. Teníamos una vida maravillosa. Tenía un hijo muy cariñoso. Vivía diciendo «Te amo, mamá». Hoy no los tengo más. No los voy a poder acariciar, oler, verlo crecer", comentó.
La sobreviviente del siniestro vial pidió que "caiga todo el peso de la sociedad" por las muertes de su marido y su hijo, quien este lunes iba a comenzar la escuela. "Que no olviden cómo arruinaron a una familia", enfatizó.