Este martes Verónica entregará las llaves de la casa donde funcionó su jardín de infantes durante la mitad de su existencia: fue parte del barrio por tres décadas y en los últimos 15 años funcionó en Cerrito al 1000. Pero la pandemia de coronavirus obligó a bajar persianas definitivamente. Luego de tres meses sin ingresos, fue insostenible continuar. Un caso que refleja la difícil situación por la que atraviesan muchos otros jardines.
"Es el final de Mimos, un jardín construido con mucho amor. Éramos una familia", dijo Verónica. Este martes entregará las llaves donde funcionó en el último tiempo con cinco maestras jardineras que ahora se quedan sin empleo.
"Jamás podré olvidar a cada niño", dijo Verónica El Tres con la voz entrecortada. "No se vivir sin un jardín de infantes", agregó.
Sin ingresos, Verónica no pudo sostener el nivel de gastos, entre los servicios, el alquiler y los sueldos, y tomó la decisión que muchos jardines de infantes de la ciudad, lamentablemente, también consideran pero a la que no quieren tener que recurrir.
"Los gastos siguieron como si estuviéramos en plena actividad", señaló y agradeció a los padres brindaron su apoyo.
Como tiene entregar el inmueble vacío, aún con mucho dolor, Verónica puso a la venta todo: hay mobiliario infantil, juegos y juguetes. Todos, con mucha carga emotiva.