Con casi un 80% de la población ya inmunizada, Gibraltar es uno de los primeros territorios del mundo en poder ensayar un cierto regreso a la normalidad y en dejar atrás las restricciones. Tras eliminar el toque de queda, a partir de este domingo permite pasear sin mascarilla.
Es un paso más de la "operación Libertad", como ha bautizado el Gobierno de la colonia británica el proceso que se inició con la vacunación contra la covid-19 y que ahora permite a la colonia británica, con 34.000 habitantes, dar pasos hacia la normalidad.
Desde la pasada medianoche, el uso de la mascarilla deja de ser obligatorio en los espacios abiertos de la calle Real (Main Street), la principal vía del Peñón, y del resto de calles del centro urbano.
Estas calles, las más concurridas y en las que se concentran los comercios, eran las únicas que hasta este domingo mantenían la obligatoriedad del uso de las mascarillas para pasear por ellas, pues desde el 1 de marzo se permitió que en el resto, con menos afluencia de personas, se pudiera circular con la cara al descubierto.
La "liberación" del uso de las mascarillas se limita a los espacios al aire libre, pues su uso sigue siendo obligatorio en espacios públicos cerrados, en comercios y en el transporte público.
"Estamos dejando atrás nuestro invierno más mortal y dando la bienvenida a la primavera de la esperanza. La pandemia global aún no ha pasado del todo y debemos continuar avanzando con cautela para salvaguardar el increíble progreso realizado en las semanas y meses venideros", indicaba el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, el pasado miércoles al anunciar las nuevas relajaciones en el Peñón, que contabilizó 94 fallecimientos durante la pandemia.
Este primer día sin mascarillas en Gibraltar, en cualquier caso, no alteró las rutinas de los "llanitos" y la usual tranquilidad de sus calles principales en los días festivos. La medida coincide además con el comienzo del Pésaj (la Pascua Hebrea) y de la Semana Santa, celebradas por muchos miembros la comunidad gibraltareña.
El fin de obligatoriedad de la mascarilla es la medida más esperada de las que se aplican estos últimos días en la desescalada que vive Gibraltar, donde el jueves quedó eliminado el toque de queda. Desde ese mismo día, los restaurantes pueden abrir hasta las dos de la madrugada.
La ministra de Contingencias Civiles, Samantha Sacramento, explicó que "el éxito" del programa de vacunación en la colonia y el seguimiento de las normas de prevención por parte de la comunidad, ha permitido que Gibraltar haya podido avanzar más rápido en su lucha contra el coronavirus. Este domingo hace justo una semana que el hospital Sant Bernard no tiene pacientes ingresados por covid-19. Tampoco hay contagios en las residencias de la tercera edad.
A este 28 de marzo los datos oficiales reflejan que apenas había 10 casos activos en Gibraltar, de los cuales ocho corresponden a residentes locales y los otros dos a personas de paso en el Peñón, como los pertenecientes a tripulaciones de aviones o barcos o turistas.
Pero el principal responsable de esta relajación de medidas es el alto ritmo de vacunación. De los casi 34.000 habitantes gibraltareños, 27.662 recibieron las dos dosis con las que se considera que se alcanza la inmunidad. Otros 3.432 han recibido la primera dosis.
Su población "flotante", los casi 15.000 trabajadores transfronterizos que tiene Gibraltar, de los cuales más de 9.000 son españoles, también avanza hacia la inmunidad.
Según fuentes del Peñón, 2.371 de ellos recibieron ya las dos dosis y 4.107 solo la primera. Ese casi 80% de inmunización alcanzada ya en Gibraltar contrasta con el 5,3% que tiene la vecina provincia de Cádiz, según los datos de este último viernes de la Junta de Andalucía. Al otro lado de la Verja, el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, solicitó un control más exhaustivo de las fronteras.
Los ocho municipios de la comarca gaditana del Campo de Gibraltar, la más próxima al Peñón, están en nivel de alerta 2 y mantienen las restricciones de aforo y horarios, así como el obligado uso de la mascarilla y el toque de queda a las 23.00 horas impuesto por las autoridades sanitarias autonómicas. Según las cifras de la Junta, el pasado viernes eran 1.052 los casos activos en la comarca.
A diferencia de sus vecinos, Gibraltar avanza hacia una normalidad a la que, según Picardo, pronto se sumarán la recuperación de otras libertades, como la del derecho de reunión. "Lo haremos siguiendo el asesoramiento de salud pública y de un modo seguro y prudente", aseguró, según publicó ElMundo.