Este martes por la mañana la ONG Mujeres tras las rejas y la Asociación Pensamiento Penal junto a representantes de la cámara de diputados presentaron en Sede de Gobierno un protocolo de lo que podría convertirse en le. sobre las condiciones mínimas de tránsito y alojamiento de niños y niñas en unidades penitenciarias.

A las 11.30 un salón del subsuelo de Santa Fe 1950 comenzó a llenarse de abogados, pediatras, diputadas y militantes de los derechos de las mujeres privadas de su libertad. La conversación la inició Alejandra Rodenas, Vice gobernadora de la provincia de Santa Fe que al llegar saludó con un beso a cada uno de los presentes.

Lo primero que mencionó fue la sensación colectiva que generaba estar hablando de infancias que viven en prisión justo en ese salón, con la historia que arrastra: fue el sitio que ocupó la ex Jefatura de la Policía de la provincia que se convirtió en cárcel clandestina de detención y de tortura, con celdas de presos políticos y sindicales, además de las personas que cumplían su pena por haber cometido delitos.

Presentación del proyecto de ley para cuidar las infancias que viven en prisión junto a sus madres. (Alan Monzón/Rosario3)

Mientras la Vicegobernadora recordaba el día que Eva Perón visitó el despacho que ella habita hoy en día y mencionaba su relación con la ONG Mujeres tras las rejas, de fondo sonaban tambores y explotaban bombas: en la Plaza San Martín una marea de camisas celestes se manifestaban reclamando conciliación y exigiendo mejores salarios para los colectiveros.

Después de la introducción, Rodenas le dio la palabra a Graciela Rojas, militante de los derechos de las mujeres encarceladas pero además de las infancias que viven en prisión, quien con la calidez y entereza que la caracteriza aseguró que el proyecto que se presentó hoy “lleva 16 años de amasado”

Se pensó desde la articulación del afuera y el adentro de la prisión. (Alan Monzón/Rosario3)

El 9 de agosto de 1974 los hijos de las madres privadas de su libertad comenzaron a vivir con ellas en prisión. Ese protocolo instaurado no contó nunca con derechos para que los niños habiten ese tiempo carcelario en condiciones dignas.

En 2018 se inauguró la Unidad V, con gran inversión de dinero y una promesa a futuro que quedó en eso, palabras y dinero mal gastado. Hoy la prisión de mujeres de Rosario cuenta con más de 200 internas de las cuales 14 viven con sus niños que en total son 10 niños y niñas de distintas edades (de cero a 5 años).  

Esas infancias hacen lo que la ONG denomina “colecho obligado” porque duermen en la misma cama que sus mamás, no por una decisión de ellos sino porque no cuentan con inmobiliario como camas, cunas o cochecitos.

En la prisión hay un problema que se repite: la luz se corta cada dos por tres. La calefacción no es la adecuada para las infancias,  las paredes son grises en cada rincón, no hay juegos, ni armarios para guardar su ropita o los juguetes que algún familiar les lleva.

El proyecto fue presentando por Mujeres tras las rejas, una ONG de la ciudad. (Alan Monzón/Rosario3)

Cuentan con un cuadrado de cemento al aire libre que denominaron patio, sin embargo no tiene árboles, hay apenas dos juegos que en verano no pueden usarse porque están al rayo del sol y cuando llueve tampoco porque no tiene reparo alguno. Además de que no son de uso continuo sino que para cada espacio que los niños quieren usar deben pedir permiso a las autoridades.

La salud es otro punto que se pone en juego para esas infancias y también para sus madres: los pocos elementos de higiene que se les brinda como por ejemplo los pañales, son de “tercera clase” según mencionaron las disertantes, por lo cual los niños se paspan o lastiman y los medicamentos o cremas que necesitan para curarse no son entregados por el Estado.

En este sentido, las mujeres que viven en prisión no tienen sala de pre o post parto ni controles médicos en tiempo y forma. Entonces… ¿Dónde quedó la perspectiva de género en la Unidad V de mujeres?

 

El proyecto de ley

En 15 páginas, las representantes de Mujeres tras las rejas y la Diputada provincial Lionella Cattalini junto a un enorme equipo de trabajo, desplegaron las soluciones inmediatas a tanto abandono y reiteraron en más de una ocasión que la prisión no es lugar para los menores, sin embargo están allí y sus condiciones de vida deben mejorar. 

Son cinco capítulos que abarcan: principios generales, tránsito por las unidades penitenciarias, alojamiento, condiciones de esos alojamientos, comité de monitoreo y disposiciones complementarias.

A la presentación asistieron las pediatras de la unidad, diputadas, abogados. (Alan Monzón/Rosario3)

En cada uno detallan con exactitud los derechos esenciales que las infancias deberían tener: alimentación adecuada, atención médica, educación, acompañamiento terapéutico, recreación, acciones previas al egreso de la unidad, salidas transitorias, entre muchos otros.

“Son niños que crecen sin verse al espejo, con todo lo que eso significa”, fundamentaron desde la ONG pero además agregaron que también son niños que no viven lo simbólico: no tienen primer día de jardín o fiestita de cumpleaños.

Para finalizar, Graciela mostró una carta escrita en hojas de cuadernillo con tinta negra y algunas oraciones resaltadas en marcador naranja. Era de Milagros, una interna joven que vive en prisión con sus dos hijos y quiso estar de alguna manera presente en el evento de hoy. De esas líneas se leyó una oración y fue suficiente: “Si a mí el juez me mandó acá para cumplir condena con mis dos hijos se equivocó porque acá no se puede vivir con niños”.

Después de los aplausos, la Vicegobernadora pidió que se siga trabajando colectivamente para que el proyecto avance y sea ley.