El día después de los incidentes en la marcha en defensa de los derechos de los jubilados, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo que el impacto de un casquillo de gas lacrimógeno en la cabeza del Pablo Grillo, el fotógrafo de 35 años herido de gravedad, fue “un accidente no previsto” y una “lamentable consecuencia” de un “episodio violento”.

Lejos de la autocrítica, el funcionario sostuvo que quienes acompañaron la protesta de los jubilados –hinchadas de fútbol, agrupaciones de izquierda, sectores del kirchnerismo y algunos sindicatos– quisieron generar una “especie de golpe de Estado”.

El fotógrafo Grillo fue operado de urgencia durante la noche en el Hospital Ramos Mejía. “Bueno... Son las lamentables consecuencias de un episodio violento como el que generó esta gente ayer en las inmediaciones del Congreso y que después trasladaron a la Plaza de Mayo, son consecuencias desgraciadas de estos episodios, como también la cantidad de miembros de las fuerzas de seguridad y la Policía heridos e internados”, dijo Francos sobre el incidente en el que el muchacho fue herido.

El gobierno afirma que la oposición utilizó la movilización para intentar desestabilizar al Gobierno. “No encuentran un elemento para poder cuestionar a una gestión que está buscando soluciones y con el cual la mayoría de los argentinos está de acuerdo y buscan este camino, a partir del uso de la violencia y la represión policial que es lo que corresponde para mantener el orden”, remarcó Francos.