El concejal Leonardo Caruana presentó en la comisión de Salud y Acción Social un proyecto de ordenanza que promueve “un régimen de soberanía y seguridad alimentaria”, como política integral que busca aplicar a través de varios sectores sociales y municipales, en busca de modificar el concepto de alimentación, de calidad en nutrientes, mejores circuitos de producción y distribución locales.
El proyecto del edil busca que el Estado se ocupe activamente de garantizar el acceso de los sectores más vulnerables a alimentos nutritivos, inocuos y diversos, y a la vez reducir la distancia entre proveedores y consumidores bajo modos sostenibles de producción, y a través de una diversificación de contratación de proveedores por parte del Estado.
Procura además brindar capacitaciones a las familias y a los comedores sobre alimentación sana. “Es un debate que debe darse el Ejecutivo y varios sectores municipales, las carteras de Salud, Economía Social, y Producción, que espero se pueda pensar en conjunto y con celeridad, sobre todo para mejorar la calidad de vida a las familias que van a los comedores y las beneficiarias de bolsones municipales”, estableció Caruana, consultado por Rosario3 sobre la propuesta.
Sobre la importancia del cambio de alimentación, Caruana repasó: “Hoy se está discutiendo este cambio de paradigma en el mundo, y aquí lo vamos incorporando, como ocurrió a nivel nacional con la nueva Ley de Etiquetado, pero también la producción local alimentos frescos, los alimentos de productores de cercanía, pensando el ambiente con la sustentabilidad".
Lo que propone es discutirlo en los consejos consultivos, porque "la soberanía alimentaria tiene que ser debatida por las organizaciones de la sociedad civil (hay muy grandes y muy chicas), los productores locales y huerteros, y ahí también deberá tener un rol activo el Ejecutivo. Por eso la soberanía alimentaria es una política de integralidad”.
Esta se suma a otro proyecto de ordenanza que se debate desde la semana pasada, que fue lanzado por el concejal Mariano Romero, que busca declarar la emergencia alimentaria en la ciudad, e incorporar un fondo de asistencia municipal que se abastezca con aportes que provengan de diversos niveles del Estado, deducciones de ganancias y multas a empresas alimenticias.
Caruana recordó entonces que en marzo fue parte de una reunión de varios concejales con organizaciones sociales, comedores y pastorales, donde todas coincidieron sobre la gravedad del impacto de la quita de sustento desde Desarrollo Humano nacional para abastecer a los vecinos cada semana. “Tras esa reunión, pensamos esta ordenanza para debatir en el Concejo, junto a la propuesta de Emergencia Alimentaria del concejal Mariano Romero, porque es el momento propicio para debatir las dimensiones que habitualmente no se discuten, como es la calidad del alimento”.
Al llevar el proyecto a la comisión de Salud este lunes, Caruana planteó que “el concepto de soberanía alimentaria apunta a debatir la calidad de alimento así como también la producción de alimentos frescos, y que el Estado genere mecanismos que estimulen la compra de alimento a las organizaciones locales, repensando el programa Compre Local, la creación de líneas que faciliten y agilicen los trámites de compra de alimentos que realiza el municipio, y a la vez estimular la producción de alimentos saludables como los huerteros agroecológicos del Cinturón Verde”.
La iniciativa fomenta, por otra parte, una instancia de monitoreo y generación de indicadores que permita un diagnóstico adecuado sobre cómo se alimentan los rosarinos, y que serviría a la formulación de futuras políticas alimentarias. En 2022 se aprobó la ordenanza que crea el Observatorio Municipal del Estado Nutricional de la Población de Rosario (Nº 10.478), y esa sería la autoridad competente para generar los datos. Consultado Caruana sobre el funcionamiento actual o no del mencionado observatorio, dijo desconocer su situación actual.
“Entendemos que la construcción de indicadores que tengan en cuenta el precio de los alimentos, los salarios, los números de la asistencia en los tres niveles, las situaciones territoriales según datos de los efectores públicos, nos pueden permitir saber con mayor precisión cuál es la situación y dónde es necesario priorizar”, argumentó el edil del Frente Amplio de la Soberanía.
Las epidemias silenciosas por mala alimentación
En el proyecto de ordenanza de Caruana se indica que según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2019) hay una gran parte de la población que se alimenta con alimentos frescos por debajo de las cantidades recomendadas. Y esta situación, que genera varios problemas de salud y salud mental, se acentúa en la población con niveles educativos bajos y de menores ingresos.
El doctor Caruana, desde su expertise de ex secretario de Salud municipal, destacó que es un asunto sanitario, ya que “las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes o la dislipemia son consecuencia de alimentación deficitaria de alimentos secos. Estos son los alimentos que en general se distribuyen en los circuitos y son los que ganan las licitaciones municipales”. Para esto se contempla, en una segunda instancia, pensar “convenios con almaceneros y autoservicios, empresas productoras locales y de la región, emprendedores sociales y empresas recuperadas”.
Lo que busca entonces es cambiar la lógica desde el Estado de comprar alimentos secos y de las licitaciones habituales, “ya que los grandes grupos son los que las ganan por poner mejores precios, pero que no implica alimentos frescos ni sanos”.
En este sentido, Caruana precisó que "más allá del asunto del dengue y del covid, las epidemias que padece esta sociedad son las enfermedades crónicas que impactan después de los 40 años en los adultos. Estas se producen luego de haber consumido toda su vida alimentos ultraprocesados con altos contenidos de sodio, grasas y altos contenidos de azúcar".
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