La ciudad china de 11 millones de habitantes cumplió el 23 de marzo dos meses en cuarentena y la levantará el 8 de abril. Mientras que los casos de coronavirus se multiplican por todo el mundo, la zona cero de la pandemia vuelve poco a poco a la vida.
Por primera vez en dos meses, los vecinos de algunos barrios de la urbe de Wuhan, en la provincia china de Hubei, considerados por fin seguros por la ausencia prolongada de contagios, pudieron salir este lunes de sus complejos residenciales para ir a comprar comestibles, pasear por las calles e incluso coger el autobús o desplazarse en metro. Wuhan fue puesta en cuarentena el 23 de enero y, poco después, casi todas las localidades de la provincia. La ciudad levantará por completo el 8 de abril la cuarentena que impuso a sus habitantes.
La actividad económica también se va recuperando ritmo de a poco. Esta semana, aquellos empleados a los que se les ha adjudicado un código verde en sus móviles con el que se verifica que están libres de coronavirus podrán ir retornando a su actividad laboral con el permiso de su centro de trabajo.
Por otra parte, según publicó La Vanguardia, este lunes 23 llegó a la ciudad el primer tren con 1.000 trabajadores a los que el cerrojazo les pilló fuera por las vacaciones del Año Nuevo lunar. Y ya se iniciaron los trámites para los que quieren hacer el camino a la inversa, rumbo al lugar donde tienen su puesto de trabajo en Hubei si dieron negativo en los tests y viajan con su certificado médico. Un esperanzador atisbo de normalidad en una urbe que acumula 50.000 infectados (un 61% del total nacional) y 2.517 muertos (un 76%). Ayer se produjeron nueve decesos.
Del resto del país también llegan signos esperanzadores, como el regreso de algunos atascos a Pekín, la reducción del nivel de alerta en Shanghai (de grado 1 a grado 2) o la apertura de varios colegios en la provincia suroccidental de Yunnan.
La reducción de las restricciones se produce cuando Hubei informó que las nuevas infecciones cayeron a cero el 19 de marzo, una caída dramática desde el apogeo de una epidemia que infectó a más de 80.000 chinos y mató a más de 3200.
Mientras, el parte de afectados sigue acumulando buenas noticias. Por cuarta vez en cinco días, China amaneció sin ningún caso de contagio local y con menos de diez fallecidos en todo el territorio, un cambio drástico con la situación que atravesaban hace sólo unas semanas. Los problemas siguen registrándose ahora en los aeropuertos, donde el último recuento contabilizó 39 positivos. En total, el número de casos importados ya asciende a 353.