Desde el surgimiento del virus en China y la propagación en todo el mundo hasta llegar a la Argentina e incluso a Rosario, el covid-19 no solo se presenta como ua amenaza a la salud, sino también como la oportunidad de aprender a convivir con el otro de manera diferente, con distancia pero con actos solidarios que acercan.
La manera "oportuna y precoz" en la que el gobierno nacional aplicó las medidas preventivas frente a la pandemia le da a la Argentina muchas "chances" de contener al virus según la Organización Mundial de la salud. Y eso no es poco, teniendo en cuenta los números que se pueden rastrear de lo sucedido en otros países cuando las medidas se tomaron de manera tardía.
La higiene mediante el lavado de manos y el uso de alcohol en gel son dos de las medidas que cada uno puede adoptar para evitar el contagio y la propagación del covid-19. Sin embargo la falta de insumos en lugares claves hizo que algunos productos comiencen a escasear, como el alcohol en gel.
En ese sentido la Universidad Nacional de Rosario desde el miércoles 25 de marzo empezó a distribuir la primera tanda del producto generado en los laboratorios de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmaceúticas. Así, los primeros 100 litros de sanitizante que se serán para uso institucional, priorizando en primera instancia a los efectores públicos de salud de la ciudad y la provincia, fueron repartidos.
Pero esta no fue la única acción que se tomó desde la casa de altos estudios y más de 1400 personas se anotaron como voluntarios en la Facultad de Ciencias Médicas de la ciudad para participar de una serie de acciones de cuidado y atención a pacientes a desarrollarse en breve. La cifra se logró en menos de 6 horas.
Acciones que llenan el corazón
Ilse Buddenberg es una mujer de casi 90 años que en su cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus , decidió sentarse frente a su máquina de coser para elaborar barbijos que luego donará a un hospital de su pueblo.
Ella solo con su pequeña gran acción está generando no solo elementos necesarios para usar en el marco de la pandemia por el covid-19, sino también está dando un ejemplo: no hay edad para dar una mano al otro, no hay edad para ser solidarios.
Pero más cerca, aquí en Rosario una panadería mayorista de Presidente Perón al 6100, en la zona oeste de Rosario, decidió regalar pan a los vecinos del barrio, como forma de ayuda ante el receso laboral y económico que está generando la cuarentena por el coronavirus. El comerciante solo pidió que lleven bolsa y que haya orden en la cola.
Sucede que no es fácil este escenario para quienes necesitaban de las changas diarias para parar la olla, o de la ayuda social para poner pan en la mesa. Es por eso que de forma inédita en Rosario se lanzó una campaña de recaudación de fondos y alimentos desde BAR junto a la Bolsa de Comercio de Rosario y todas las organizaciones sociales de la ciudad para llegar a contener a 500 espacios como comedores y merenderos, desde donde se ayuda a unas 180.000 personas.
Sin embargo y pese a todo, los días en aislamiento para muchos parecen ser más largos, como si las 24 horas se estiraran de manera interminable. Y es aquí que las historias como las de Rama, toman con color distinto y hace sentir que pese a todo, se puede estar feliz haciendo felices a otros. Su idea tomó forma desde el primer viernes de cuarentena: Rama proyecta películas en un paredón para chicos de un refugio vecino.
El medio ambiente tiene un respiro
El cese de actividades y movimientos por las cuarentenas para combatir el covid-19 causa estragos en la economía, pero beneficia al medio ambiente. Algunas especies de animales volvieron a recorrer sus antiguos hábitats y la contaminación descendió de manera notable en algunos países.
Es así que llegan noticias desde muchos rincones del planeta donde se pueden apreciar aguas más limpias y cielos más claros.