La violencia y la inseguridad que ganó terreno en Rosario se disputa también un derecho vital para las infancias: el derecho a jugar. El padre de una nena de 9 años baleada este martes a la noche en Lamadrid y Constitución, en la zona sudoeste de la ciudad, puso en palabras ese drama eclipsado por las muertes al repasar lo ocurrido durante el tiroteo, en el que además fue herida la abuela de la chica.
Jorge dijo a Cada Día (El Tres) que todas las noches hay balaceras y “ya no se puede estar en la vereda”. “Ellos son chicos y a veces no entienden cuando les decimos que es tarde y no pueden. Quieren salir a jugar igual”, agregó.
El hombre contó que su suegra estaba cocinando en la vereda y su hija estaba detrás de ella cuando se produjo el ataque, del que desconocían sus autores y motivos.
“Está lastimada en una de sus piernas. La llevamos al Heca. Fue un milagro, gracias a dios está bien, no pasó a mayores”, relató. Su suegra seguía internada pero fuera de peligro.
Jorge agregó: “Ella no vio que estaba herida y se escondió en el baño con dos primitos. Mi cuñado vio que estaba herida en la pierna y la sacamos”.
“Todas las noches se escuchan disparos, como en todos los barrios”, continuó el vecino en diálogo con el periodista Daniel Amoroso en Lamadrid y Constitución, cerca de la Jefatura de Policia que está entre Francia y Ovidio Lagos.
Jorge mostró también el disparo en otra ventana que es de tiempo atrás y que por suerte “ese día no había nadie en la pieza”. Desde entonces quedó “todos los días cerrada y no la podemos abrir”.
La nota resultó una triste muestra de cómo viven muchas familias en la ciudad: con las ventanas cerradas y la difícil misión de prohibirle a los chicos salir a jugar.