René Edgardo Francovigh falleció este lunes en Rosario a los 96 años acompañado de su familia.
El empresario metalúrgico y filántropo rosarino tenía numerosos reconocimientos por su extensa labor, entre ellas Ambassatore Made in Friuli, otorgado a los industriales de ese origen radicados en el exterior.
El Concejo de Rosario lo había nombrado Ciudadano Ilustre en 2006 y además tenía el título de Cavaliere Ordine al merito della Repubblica Italiana.
Nacido en la localidad santafesina de Elortondo el 13 de setiembre de 1924 se mudó con su familia a Rosario, donde se radicó el resto de su vida.
En su interés por la mecánica ayudó a su padre Dionisio en su taller de reparación y reventa de motores y máquinas agrícolas.
Al enfermarse y luego fallecer Dionisio, a los 16 años dejó sus estudios en la escuela Dante Alighieri de Rosario y se hizo cargo de la conducción del negocio familiar, ayudado por su hermano y un socio.
Más tarde desarrolló una sucursal en Buenos Aires, a fin de expandir su volumen de negocios.
Se dedicó luego a la producción de rejas para arados, comenzando una etapa más industrial. Tomando como referencia algunas empresas italianas, importó máquinas de gran producción de piezas para la industria petrolera y de gas y las instaló en un nuevo comprado en Rosario.
Con los años y aprovechando el know how adquirido, se hizo cargo de Forja S.A. empresa concursada sin chance de recuperación por sus propios medios, a la que se modernizó totalmente, quedando así salvada la fuente de trabajo.
También incursionó en la producción de oleaginosas y cereales con la constitución de la firma Establecimiento Don Rene.
A los 70 años decidió retirarse de la actividad y dejar sus empresas en manos de sus seis hijos.
A partir de ese momento, formó parte de las comisiones directivas del Rotary Club, Radio Club Rosario, Newells Old Boys.
También integró la comisión para la puesta en marcha del Planetario de la Ciudad y participó con donación y tiempo personal en el cambio del techo del teatro El Círculo, como así también la reparación integral del telón antifuego.
En homenaje a su padre que era entusiasta del ciclismo, donó la construcción del velódromo de Parque Sur llamado Dionisio Francovigh. También escribió un libro autobiográfico titulado “En Argentina también se puede”.