La promesa de lealtad a la Bandera argentina es una tradición con sello rosarino que todos los años convoca a miles de chicos y chicas de los cuartos grados del país al Monumento. Debido a la pandemia, en 2020 y en 2021 no se pudo realizar. Y este martes, depsués de dos años, finalmente los chicos volvieron a rendir homenaje al pabellón nacional en el mimos lugar donde se izó por primera vez.
Según informó el periodista Juan Guido Giaccaglia de El Tres, este martes había unos 5 mil niños de distintas escuelas de Rosario y del país para hacer su promesa de forma presencial. Se espera que lleguen otros 20 mil hasta el 20 de Junio, donde están previstos distintos actos conmemorativos, pero aún no está confirmada la presencia del presidente Alberto Fernández.
¿Pero por qué se promete lealtad a la Bandera?
Según explica el historiador y vexilólogo Miguel Carrillo Bascary, quien es además subdirector del Monumento Nacional a la Bandera y miembro del Instituto Nacional Belgraniano de Rosario, para entender este acontecimiento hay que retrotraerse muchos años en el tiempo. “Nos obliga a remontarnos a la costumbre de juramento de fidelidad de los monarcas; quienes se incorporaban al ejército tenían que hacer un juramento de lealtad al rey”, detalla.
Con el paso del tiempo “se empezó a considerar la posibilidad de que los chicos de escuelas primarias debían también prestar fidelidad al Estado que había reemplazado al rey, a las máximas autoridades de la Nación”, indica el historiador y agrega que, en consecuencia y tomando como ejemplo una costumbre de los Estados Unidos, que llegó al país de la mano de las maestras norteamericanas convocadas por Domingo Faustino Sarmiento, “se introdujo a finales del Siglo XIX esta costumbre dentro de los rituales cívicos de las escuelas oficiales y luego de las escuelas privadas también”.
La costumbre y la tradición indican que la promesa se realiza en el cuarto año de la escuela primaria, algo que responde a una lógica de aquella época. “Los chicos de aquel entonces por lo general era el último año que solían cursar; corresponde más o menos a los diez años de edad, ya en quinto había algunos que habían dejado el colegio porque iban a trabajar”, remarca Bascary.
Otra duda frecuente es si se trata de una promesa o una jura. Ante esto, el investigador responde: “La ceremonia de los chicos se tomó sobre una fórmula de juramento, pero después se interpretó que al ser menores de edad el juramento era una decisión de mucha importancia sobre todo para algunas perspectivas religiosas y se transformó en promesa”.
¿Y qué es lo que se promete?
"¿Prometen defenderla, respetarla y amarla, con fraterna tolerancia y respeto, estudiando con firme voluntad, comprometiéndose a ser ciudadanos libres y justos, aceptando solidariamente en sus diferencias a todos los que pueblan nuestro suelo y transmitiendo, en todos y cada uno de nuestros actos sus valores permanentes e irrenunciables?", es lo que pregunta, palabras más palabras menos, la persona a cargo de la ceremonia de promesa a los alumnos y alumnas, quienes rápidamente y al unísono responden con vehemencia: "Sí, prometo".
Para Bascary, la promesa implica “respetar a la autoridad nacional, los símbolos nacionales, las tradiciones, los valores propios de la cultura, la diversidad propia de una sociedad democrática”. Ese simbolismo se ha mantenido a lo largo de los años, asegura.
La fecha de la promesa es desde hace décadas el 20 de junio, en coincidencia con la celebración del Día de la Bandera cuando se conmemora el aniversario del fallecimiento de su creador, el general Manuel Belgrano (1820), quien izó la enseña patria por primera vez el 27 de febrero de 1812 precisamente en la ciudad de Rosario, a orillas del río Paraná y donde hoy se emplaza el emblemático Monumento.
Pero no siempre fue así. Hasta 1938, año en que se estableció precisamente el 20 de junio como fecha patria, habitualmente las promesas podían desarrollarse el 9 de julio o el 25 de mayo, por ejemplo. Y claro que no siempre fue el Monumento Nacional a la Bandera el espacio elegido para el acontecimiento. “Cuando se ordenó el Día de la Bandera la ceremonia se realizaba reuniendo a los niños alrededor de la Estatua de Belgrano que está en el parque de la Independencia. Cuando se habilita el Monumento a la Bandera en 1957 ya sí pasan a desarrollarse allí”, menciona Bascary.
Además, recuerda que “hace unos 30 años algunas escuelas empezaron a pedir permiso para prestar allí (en el Monumento) la promesa a la Bandera y la Municipalidad lo comenzó a organizar. Con el tiempo y por la gran demanda, se tuvo que pasar de la Galería de las Banderas al Patio Cívico”.
Así, Rosario, la cuna de la Bandera, es también hoy el lugar al que miles de chicas y chicos de todos los puntos del país llegan cada año para prometer lealtad la bandera, justo allí donde Belgrano la enarboló por primera vez. “Durante dos años previos van haciendo acopio de recursos para pagar el viaje; algunos vienen sólo con los docentes y otros vienen con las familias; en algunos casos se hacen verdaderas expediciones, las familias en autos y los chicos en colectivos, es un momento muy emotivo para ellos”, manifiesta el historiador.