El presidente Javier Milei habló este martes por primera vez en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el marco de su gira por Estados Unidos. Con cuestionamientos a las políticas promovidas desde el organismo multilateral y a la renovada Agenda 2045, el mandatario expuso en el debate general de la 79° edición de este evento anual celebrado en Nueva York.

Milei enumeró los que consideró como los puntos centrales de una "larga lista de errores y contradicciones" en las posturas de la ONU con respecto a cuestiones de gobernanza internacional. En el auditorio, lo escuchaban desde la zona diplomática asignada a la Argentina el ministro de Economía Luis Caputo, la canciller Diana Mondino y la secretaria general de Presidencia, Karina Milei.

También se encontraban, más atrás, el embajador argentino en Estados Unidos Gerardo Werthein, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y el representante ante la ONU Ricardo Lagorio.

"Para aquellos que no lo saben, yo no soy político. Soy un economista liberal libertario que jamás tuvo la ambición de hacer política y que fue honrado con el cargo de presidente de la República Argentina frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país", comenzó diciendo Milei.

Con un discurso netamente crítico, el jefe de Estado argentino apuntó que su propósito era "alertar a las distintas naciones del mundo sobre el camino que están transitando hace décadas".

"No vengo aquí a decirle al mundo lo que tiene que hacer. Vengo aquí a decirles lo que va a ocurrir si las Naciones Unidas continúan promoviendo políticas colectivistas bajo el mandato de la Agenda 2030", indicó en esa línea.

Milei apuntó que la ONU experimentó una mutación, por la cual "una organización que fue pensada esencialmente como un escudo para proteger el reino de los hombres se transformó en un leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no sólo qué debe hacer cada Estado nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo".

"Pasamos de una organización que perseguía la paz a una que le impone una agenda ideológica a sus miembros", enfatizó, y señaló que la ONU se rigue por un "modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales que pretenden imponerle a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado".

El presidente también reafirmó el disenso argentino con el denominado Pacto para el Futuro firmado el domingo, que incluye 56 acciones y más de 100 propuestas para garantizar el crecimiento, la igualdad y una serie de objetivos sociales, políticos y económicos para las generaciones presentes y futuras.

"La agenda 2030, aunque bienintencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas", sostuvo Milei.

Al respecto, sumó que esta iniciativa "pretende solucionar la pobreza, la desigualdad y la discriminación con legislaciones que lo único que hacen es profundizar" estos problemas.

Agregó que desde la ONU "se han promovido políticas colectivistas que atentan contra el crecimiento económico, violentan los derechos de propiedad y entorpecen el proceso económico natural", y que los acuerdos internacionales le impiden "a los países más postergados del mundo gozar libremente de sus propios recursos para salir adelante".

Esto, precisó, se hace mediante "regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy condenan".

"Promovieron una relación tóxica entre las políticas de gobernanza global y los organismos de crédito, exigiéndole a los países que menos recursos tienen que se comprometan con programas que no necesitan, convirtiéndolos en deudores perpetuos y promoviendo agendas globales. Tampoco ha ayudado el tutelaje del Foro Económico Mundial, que exhibe políticas ridículas como las de emisión cero, que dañan sobre todo a los países pobres", siguió Milei.

"La ONU tampoco defendió su misión de velar por la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano en la relación con las Islas Malvinas. Llegamos incluso a una situación en la que el Consejo de Seguridad, que es el principal órgano de esta casa, se desnaturalizó. El veto de sus integrantes permanentes se empezó a utilizar en defensa de intereses particulares", marcó, por otro lado.

El jefe de Estado apuntó que la organización es "impotente en brindar soluciones a los verdaderos conflictos globales", y que, en su lugar, "invierte tiempo en imponerle a los países pobres cómo deben producir, con quién vincularse, qué deben comer y en qué deben creer, como pretende dictar el presente Pacto del Futuro 2045".

"Estamos frente a un fin de ciclo. El colectivismo y el postureo moral de la agenda woke se han chocado con la realidad. Ya no tienen soluciones creíbles para los problemas reales del mundo. De hecho, nunca las tuvieron. Si la agenda 2030 fracasó, la respuesta debería ser preguntarnos si no fue un programa mal concebido, aceptar esa realidad y cambiar el rumbo", cuestionó.

Y agregó: "Siempre ocurre lo mismo con las ideas de la izquierda, que diseñan un modelo acorde a lo que el ser humano debería ser –según ellos–, y cuando los individuos actúan de otra manera no tienen mejor solución que restringir, reprimir y coartar su libertad".

"Todavía estamos a tiempo de apartarnos de este rumbo. Quiero ser claro con algo para que no haya malas interpretaciones: la Argentina, que está viviendo un profundo proceso de cambio en la actualidad, ha decidido abrazar las ideas de la libertad. Esas ideas que dicen que todos los ciudadanos nacemos libres e iguales ante la ley, que tenemos derechos inalienables otorgados por el creador, entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad", sentenció Milei.