Desde hace un tiempo, se acrecentó la preocupación por el avance de las apuestas deportivas, los casinos online y las loterías virtuales entre los adolescentes. Es que cada vez son más los chicos que timbean a través de su smartphone o computadora y el fenómeno está en el centro de atención de padres, escuelas, especialistas en salud mental y funcionarios.

La ludopatía adolescente en primera persona: el testimonio de Martín, un chico de 17 años que, si bien aclara que “hoy está limpio porque hizo el click”, comenzó a apostar a los 16. Cómo entró en este mundo, cuánto dinero llegó a perder y la advertencia a sus pares: “No se metan en esto, ese primer premio que uno gana es para enganchar a las personas, nunca vuelve a pasar”. 

En conversación con el programa Telenoche (El Tres), Martín recordó la primera vez que apostó. Parecía ser una charla más de amigos. “Me dijo «che mirá, tengo a alguien que te hace ganar plata muy fácil, solo le tenes que transferir algo». Y ahí  empezás”.

De acuerdo al relato del joven, en aquel momento, se comunicó con una persona a través de una app de mensajería

“Esta persona te crea un usuario, te pregunta tu nombre y te pasa un CBU para que vos le transfieras el monto que quieras. Nada más. No le tenes que pasar DNI. Yo en ese momento tenía 16 años”, siguió. 

Martín comentó que aquella primera vez, a las 3 de la mañana, apenas un ratito después de esa charla entre amigos, ganó el doble. “Me acuerdo que le dije a mi amigo que no lo podía creer y él me respondió «metéte en esta que está fácil»”. 

¿Qué pasó a partir de ahí? El adolescente explicó cómo era su metodología de apuesta para seguir jugando: “Mi familia me daba cosas para vender por marketplace. Todo lo que ganaba, lo apostaba. Es más, cuando vendía algo, mi billetera virtual quedaba en cero porque apostaba toda la ganancia”. 

Además, sobre su entorno, señaló que estaban “acostumbrados a verlo siempre en la computadora” porque “jugaba a videojuegos desde más chico”. 

“Jugaba mucho al blackjack y a la ruleta. El blackjack me hacía sentir muchísima adrenalina, el momento en que el dealer te repartía las cartas era muy tenso. La mala suerte del ludópata es cuando ganas algo al principio, ahí, entrás en decadencia. Por eso quiero advertir a los chicos que no entren en esto”, reflexionó.

Y remarcó que “ese primer premio”, como aquellos 3 mil pesos a la madrugada con su amigo, “solo es para enganchar a más personas”. “En tu cabeza pensas «ya lo voy a ganar, necesito seguir apostando»”. 

Martín está limpio hace varios meses. Sin embargo, en el camino, apostó una suma total de aproximadamente dos millones de pesos y, de acuerdo a lo que mencionó, “su cabeza hizo un click el dia que perdió 400 mil pesos”

“Ahí me di cuenta que tenía un problema. Bloqueé a todos los contactos y no volví a apostar nunca más. Estoy limpio hace varios meses, no tengo más el impulso por suerte”, concluyó.