Los rugbiers acusados por el crimen de Fernándo Báez Sosa estaban lúcidos al momento de la detención, algo que se produjo poco después del asesinato, y tenían la “intención de matar”, dijo el fiscal general de Dolores, Diego Escoda.
En diálogo con TN, uno de los funcionarios a cargo de la investigación del crimen que se produjo a la salida del boliche Le Brique, de Villa Gesell, sostuvo que "nada indica que estuvieran bajo los efectos de alcohol o drogas”.
El fiscal agregó que los rugbiers de Zárate “estaban ubicados en tiempo y espacio” y que todo indica que no habían consumido alcohol ni otras sustancias.
En la noche del martes la fiscal Verónica Zamboni, subordinada de Escoda, imputó a Máximo Thomsen y Ciro Pertossi como coautores del crimen, por "homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas". Mientras que a los otros ocho imputados los consideró "partícipes necesarios". Además dispuso la liberación de Pablo Ventura, el último de los jóvenes detenidos por el hecho, ya que no pudo probar que haya estado en Gesell al momento del asesinato.
Intención de matar
Para Escoda la intención de matar queda en evidencia por la violencia con la que golpearon a la víctima y la forma en la que actuaron, impidiendo incluso que fuera asistido por sus amigos.
El funcionario judicial también adelantó que se llevará a cabo una prueba para tratar de determinar quién aplicó el golpe mortal: “Se va a realizar una pericia scopométrica, que es el cotejo entre el dibujo de la zapatilla y una impronta que hay en el rostro de la víctima para ver si coincide con el calzado", explicó en diálogo con TN.