Una nueva investigación sugiere que las estrellas enanas rojas, cuerpos estelares más pequeños y menos masivos que el Sol, pueden bombardear sus planetas con intensas llamaradas de radiación ultravioleta (UV) que reducen gravemente su potencial habitabilidad. Un equipo de científicos llegó a esta conclusión tras analizar los datos recopilados por la misión Galaxy Evolution Explorer (GALEX) de la Nasa, telescopio que ya no está en servicio.

Lanzada en abril de 2003, GALEX escaneó el universo con luz ultravioleta en busca de destellos de alrededor de 300.000 estrellas cercanas hasta que fue clausurada en 2013. Según los investigadores, el estudio reveló que estas erupciones nocivas pueden ser más comunes de lo que se sospechaba, según publicó el sitio especializado Space.com.

"Se pensaba que pocas estrellas generaban suficiente radiación ultravioleta a través de erupciones como para afectar la habitabilidad de los planetas. Nuestros hallazgos muestran que muchas más estrellas pueden tener esta capacidad", afirmó en un comunicado la líder del equipo e investigadora de la Universidad de Cambridge, Vera Berger.

El equipo procesó los datos de archivo de GALEX utilizando técnicas informáticas modernas, lo que permitió obtener nuevos conocimientos sobre las enanas rojas. 

"La combinación de potencia informática moderna con gigabytes de observaciones de décadas de antigüedad nos permitió buscar llamaradas en miles y miles de estrellas cercanas", dijo el miembro del equipo Michael Tucker de la Universidad Estatal de Ohio.

Los científicos ya sabían que la luz de alta energía en forma de radiación ultravioleta de una estrella puede ser mortal para la vida de diversas maneras, como por ejemplo destruyendo la atmósfera de un planeta y descomponiendo moléculas complejas que forman los elementos básicos de la biología. "Esta nueva investigación desafía lo que sabemos sobre la habitabilidad de los planetas extrasolares . exoplanetas al sugerir que los modelos actuales de erupciones estelares han minimizado el riesgo", agregaron.

El equipo descubrió que las emisiones en el ultravioleta lejano de las erupciones son aproximadamente de tres a doce veces más energéticas de lo esperado: "Un cambio de tres es lo mismo que la diferencia de rayos UV en el verano entre Anchorage, Alaska y Honolulu, donde la piel desprotegida puede sufrir una quemadura solar en menos de 10 minutos", dijo Benjamin J. Shappee, miembro del equipo de la Universidad de Hawai.

"Este estudio cambió la imagen de los entornos que rodean a las estrellas menos masivas que nuestro Sol, que emiten muy poca luz ultravioleta fuera de las llamaradas", dijo el miembro del equipo Jason Hinkle, candidato a doctorado en la Universidad de Hawái.

El equipo no está seguro de qué causa las emisiones de rayos ultravioleta tan intensas, pero cree que podrían estar concentradas en longitudes de onda de luz específicas. Dado que los elementos absorben y emiten luz en longitudes de onda características, esto podría indicar la presencia de átomos de carbono y nitrógeno.

Berger dijo que se necesitarán más datos del telescopio espacial antes de poder identificar la fuente de las emisiones UV en estas llamaradas de enanas rojas: "Nuestro trabajo pone de relieve la necesidad de seguir explorando los efectos de las llamaradas estelares en los entornos exoplanetarios", concluyó. "El uso de telescopios espaciales para obtener espectros ultravioleta de las estrellas será crucial para comprender mejor los orígenes de esta emisión".