Un bebé de un año tuvo una bala alojada en una pierna durante un mes sin que sus padres ni los médicos que lo revisaron se dieran cuenta. Los profesionales confundieron la herida con la mordedura de un perro . El cuerpo del chiquito expulsó solo el proyectil.
Según publicó TN, el chiquito sufrió un balazo en una pierna en la Nochebuena pasada. En el barrio de La Tablada (Buenos Aires), donde vive, la Navidad se recibió con tiros al aire. Y una bala lo lastimó en una pierna pero sus padres nunca se dieron cuenta.
Con el correr de las horas, la lesión comenzó a inflamarse y lo llevaron al hospital donde los médicos de la guardia dijeron que lo había mordido un perro. "Le hicieron dos puntos y nos mandaron para casa", contó Matías, el papá.
Pero la herida fue empeorando: tanto se inflamó la pierna del bebé que volvieron a llevarlo a la guardia. Le hicieron una placa y los médicos concluyeron –siempre de acuerdo al relato de Matías– que tenía una infección y esto le había provocado un absceso. Otra vez los mandaron a su casa.
El bebé sufrió el balazo durante un mes hasta que el jueves pasado, su cuerpo lo expulsó solo.
"Sentimos un ruido y vimos la bala en el piso", recordó Matías, todavía sorprendido.