Cuando a las 16.02 del martes la fiscal Gisela Paolicelli adelantó que iban a pedir la prisión preventiva de Patricio Serjal, el debate todavía estaba abierto. ¿Hay evidencia suficiente de su participación en maniobras de corrupción? ¿Puede fugarse o entorpecer la investigación? Todo estaba por verse en las horas en las que el ex jefe se jugó -y perdió- la libertad, situación plasmada cuando a las 20.18 iniciaron el operativo de traslado.
La imagen fue simbólica e impactante para propios y extraños: el ex jefe, que en el mismo edificio tenía su oficina desde la que lideraba las actuaciones de 80 funcionarios y cientos de empleados, se fue de ese Centro de Justicia Penal en un patrullero policial y en calidad de detenido.
No hubo privilegios para él. Entró caminando junto a sus abogados por la puerta del público en general mientras los esperaban periodistas, camarógrafos y fotógrafos. Siguió los protocolos sanitarios y de seguridad y para ir hasta el segundo piso eligió la escalera para evitar la espera de un ascensor que se hacía más larga entre micrófonos que lo abordaban.
Tras enunciar la prueba, en el tramo final de la audiencia la jefa de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos del MPA que creó el propio Serjal y ahora lo investiga, María Eugenia Iribarren, refirió al "daño que hacen las acciones" que atribuyen al ex Regional a la Justicia. "Todo se ha visto degradado", describió.
Por su parte, Luis Schiappa Pietra hizo hincapié en que "desde hace tres días" no hacen más que "recibir a gente para contarnos cosas de ellos (por Serjal, Ponce Asahad y Ugolini)". El fiscal coordinador tuvo los términos más duros.
"Nada tiene sentido sin la conducción del negocio criminal de parte del Dr. Serjal. Ni Ponce Asahad ni Ugolini se iban a inmiscuir en investigaciones si no tenían el apoyo de quien tenía a su cargo el manejo de las causas", remarcó.
Después, apuntó: "Se equivoca Serjal cuando dice que no tenía nada que ver con las causas -tal como lo señaló en su declaración-. Todo tiene que ver con la organización de la Fiscalía y con que determinadas causas caigan en Ponce".
Y manifestó que para el viaje a Buenos Aires de noviembre pasado en el que se alojó en el mismo hotel que el empresario Leonardo Peiti "no pidió ninguna licencia para justificar su viaje en el que claramente se usaron fondos oficiales pero no fue con fines laborales".
"Hubo varios homicidios en el mes de noviembre pasado pero se ve que mucho no le importaba porque se fue según su acompañante a «cortar la semana»", reflejó.
Mientras la defensa dijo que todo eran "dichos de dichos de dichos", Edery explicó que en todas las investigaciones complejas hay menos pruebas directas y más indicios cuanto más se escala en la organización, como el caso de Serjal -que no se metió "en el barro"-, Paolicelli remarcó una y otra vez que el imputado "tenía un claro y directo interés en las causas de juego clandestino que involucraban a Peiti".
La prisión preventiva
Los abogados del estudio Lima & Asociados de San Nicolás, que eran tres y representaron a Patricio Serjal, pidieron a la jueza Eleonora Verón especial cuidado en el resguardo físico y psíquico de su defendido para solicitar que no sea enviado a un establecimiento penitenciario si le dictaban prisión preventiva. Ofrecieron un domicilio en San Vicente para una eventual domiciliaria y garantías. Pero todo lo que plantearon fue rechazado.
La jueza, de muy sólida expresión, empezó a resolver a las 18.17 y dio sus argumentos por más de 30 minutos. "Con lo que reunieron en estas escasas dos semanas, es suficiente para acreditar el grado de probabilidad que se requiere en esta etapa", valoró sobre la apariencia de responsabilidad del ex jefe de fiscales, uno de los requisitos para que transite el proceso privado de su libertad.
Con el correr de los minutos, esa libertad con la que llegó se fue alejando. "El domicilio que se propone desde la defensa está fuera del provincia. No alcanza para neutralizar el peligro de fuga", dijo Verón, que tampoco aceptó las alternativas planteadas y una potencial domiciliaria.
Así, a las 18.51 dictó la resolución que dejó a las tres salas en silencio: dispuso una prisión preventiva por 90 días -vencimiento el 11 de noviembre- y ordenó el traslado a un establecimiento penitenciario.
A continuación, dos policías escoltaron a Serjal hasta afuera de la sala, sin esposarlo. "Es algo que nadie quiso presenciar. Es muy doloroso para todos. Hasta hace pocos días estuvimos trabajando juntos, tratando de llevar adelante proyectos en común", reflejó Iribarren en la conferencia de prensa posterior.
El momento fue de alto impacto para todos. A las 20.18, las cámaras de Telenoche (El Tres) tomaron la imagen de Patricio Serjal subiendo a la parte trasera de un patrullero en el subsuelo del Centro de Justicia Penal. Los funcionarios a cargo del operativo reforzaron la custodia y a las 20.44 finalmente iniciaron el traslado. Atrás habían quedado los frenéticos minutos en los que se gestó esa decisión.
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