A las 11.50 de este viernes, una avioneta se estrelló en el interior de la empresa Air Liquide en Presidente Perón al 7600. El piloto murió y por poco no fue una tragedia mucho mayor: es una planta con elementos muy inflamables como oxígeno medicinal, nitrógeno e hidrógeno, que pudieron haber generado una gran explosión si la aeronave no impactaba contra una columna de hormigón y seguía hacia los grandes tubos de gas.
Hasta ahí el hecho conocido este mediodía que conmocionó a la ciudad. Lo que en un primer momento parecía un accidente, con el correr de las horas fue tomando otro color, cuando se empezaron a conocer informaciones que al menos no descartan la hipótesis de un atentado.
En primer lugar, el piloto fallecido, cuyo cuerpo fue retirado del interior de la empresa a media tarde para realizarle la autopsia de rigor, sacó la aeronave del Aeroclub Rosario de Alvear, sin permiso para volar en la zona urbana. No estaba en un vuelo de práctica habitual.
Según diversas fuentes consultadas, el hombre, identificado como Juan Manuel Medina (46), era un ex empleado de la empresa que habría sido despedido semanas antes del siniestro.
Testigos dijeron haber visto sobrevolar la zona oeste de la ciudad hasta descender de forma abrupta contra las instalaciones de la firma, sin aparentes desperfectos mecánicos.
Por último, la persona identificada como la víctima fatal tenía mensajes en sus redes sociales sugestivos que podrían estar ligados a un posible atentado, acompañados de una imagen de una gran explosión en su estado de WhatsApp.
Si finalmente se confirma que se trató de un hecho premeditado, con la intención de provocar un gran daño a la empresa y a las personas que en ese momento estaban trabajando allí y en las inmediaciones, se trataría de un suceso gravísimo e inédito en Rosario.