La Justicia rosarina comenzará en mayo a juzgar por mala praxis a un médico que en 2014 atendió y operó a Maxi Iñíguez, un joven que sufrió una fractura producto de un siniestro vial y falleció de un paro cardiorespiratorio por una infección generalizada. Será el primer juicio oral y público de estas características que se realice en el nuevo sistema penal.
El joven fue embestido por un automóvil el 10 de febrero de ese año, cuando circulaba en su moto desde Rosario hacia Villa Gobernador Gálvez. “Tenía una fractura de tibia y peroné, ingresó al Provincial y, como era gastronómico, por la obra social social lo derivan a Los Alerces”, recordó a Rosario3 Elías, su hermano.
De acuerdo al familiar, una vez que ingresó al sanatorio privado, lo vio el doctor Sebastián S. quién programó la operación. “Él tenía una infección que, al no hacerle los estudios pertinentes, no se la detectaron y que luego avanzó hasta tomarle todo el cuerpo”, explicó.
“Después de la primera operación, el médico nos dijo que fue exitosa y que a los pocos días iba a estar en la casa. A las pocas horas hace un paro y se lo llevan a terapia, nunca más volvimos a ver a ese doctor”, relató Elías.
Una vez que ingresó a la unidad de cuidados intensivos, los médicos comenzaron a analizar la evolución de los distintos órganos que se vieron afectados por la infección. “Todo el tiempo que estuvo en terapia, los médicos nos decían si mejoraba o desmejoraban los órganos, pero no nos explicaban por qué había llegado a eso. Parecía que lo había pasado un camión por arriba”, sostuvo su hermano.
Murió el 16 de abril de 2014. "Ahí ya nadie te da explicaciones”, lamentó Elías. A partir de ahí fue que comenzaron una cruzada familiar para esclarecer los motivos de la muerte del joven de 21 años, algo que no fue fácil y que lleva 7 años.
Lo primero que hizo la familia fue solicitar la historia clínica, pero el sanatorio se negaba a entregarla, por lo que tuvieron que conseguir una orden de allanamiento para poder conseguir el informe.
“En un primer momento todo lo que teníamos eran hipótesis, pero hoy en día, la evidencia probatoria, es contundente. Hoy ya no hay lugar a dudas de lo que pasó. Intervinieron especialistas, médicos y peritos forenses, todos hablan de impericia y negligencia médica como la causa de su muerte”, remarcó el familiar.
Tras la recolección de las pruebas, la familia logró que el proceso judicial avance y en 2017 el fiscal Walter Jurado imputó al médico bajo la figura de homicidio culposo. En 2019 el juez Postma aceptó el encuadre legal y elevó la causa a juicio.
La primera fecha que se fijó para el inicio del proceso judicial fue mayo del 2020, pero la defensa del sanatorio pidió postergarlo debido a que el imputado seguía trabajando en el marco de la pandemia generada por el coronavirus. Ante esto, la familia se movilizó el viernes 16, a 7 años de su muerte, para pedir que no se vuelva a suspender el juicio.
“Uno no sabe para dónde va la Justicia, pero nosotros encontramos la verdad, pasaron tantos años, reuniones familiares, eventos, siempre falta Maxi. Me imagino que el día final del juicio, lo vea al médico yéndose a su casa inhabilitado y yo voy a salir de ahí y llevar a mi mamá a comprar flores para llevarle a mi hermano y decirle que puede descansar en paz”, concluyó Elias.