Un cohete propulsor se puso en órbita el pasado 24 de julio en China. Expertos y medios especializados criticaron la falta de planificación y seguridad y en las últimas horas trascendió que sus restos podrían impactar sobre la Tierra entre el sábado y lunes que viene.
Su nombre es Long March 5B y pesa 23 toneladas métricas. Despegó desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang en Hainan el 24 de julio a las 2:22 pm (hora de Beijing). Pero según informó el portal Aerospace, orbita la Tierra y desciende gradualmente hacia un "reingreso descontrolado".
Desde Aerospace creen que el impacto de los restos del vehículo sea el 30 de julio, aunque otros expertos que rastrean el objeto dan como fecha el 31 o el 1 de agosto.
El profesor Michael Byers de la Universidad de Columbia Británica y autor de un estudio sobre los desechos espaciales, señala que este tipo de caídas incontroladas representan un riesgo mínimo para los humanos. Sin embargo, se trata de una situación completamente evitable ya que la industria espacial, por lo general, se encarga de efectuar reingresos controlados.
No es el primer caso. En mayo del año 2020, los escombros de una etapa central fuera de control cayeron sobre un área habitada a lo largo de la costa oeste de África. Mientras que un cohete lanzado en abril de 2021 se estrelló en el Océano Índico cerca de las Maldivas.