Leda continúa con sus oraciones cantadas y sus bendiciones en una parroquia de Pichincha, más ajustada a la creciente e incesante convocatoria de fieles. Desde el martes 22 de agosto, el grupo espiritual que encabeza, Soplo de Dios Viviente, se muda a la Parroquia Inmaculada Concepción, en Ricchieri 280.
Tras desarrollar sus acciones espirituales en la capilla Sagrado Corazón, en 3 de Febrero al 1900 durante más de un mes, con nutrida participación de miles de personas cada semana, la mujer a la que le adjudican sanaciones de afecciones físicas y dolencias afectivas establecerá el punto de encuentro de su comunidad en el templo ubicado en Ricchieri y Catamarca.
El sacerdote párraco Víctor Pratti les dio la bienvenida a una forma de oración y prédica novedosas y muy particulares, en base a la música. El encuentro comienza a las 19.30 y contará con la asistencia del equipo de la comunidad de los Colegios Sagrado Corazón y San Miguel Garicoits.
“Ha sido una experiencia revitalizante, sentirnos en común unión para salir al encuentro de las personas que tienen necesidad de dios”, manifestó Gustavo Dimónaco, director del Sagrado Corazón, quien acogió a Leda en la capilla de la institución, tras el último ritual desplegado en la catedral. En esa oportunidad, fue el arzobispo Eduardo Martín, quien respaldó la continuidad del grupo.
Es también la autoridad máxima de la iglesia católica de Rosario quien impulsa la persistencia de estos encuentros espirituales, ahora en un templo con mayores dimensiones que permitirán abrigar a la gente que cada martes se multiplica.
¿Quén es Leda?
“La gente debe entender que nunca voy a poder curarla, pero dios puede cambiarle la vida”, advirtió Leda Bergonzi en diálogo con Radio 2 y Rosario3. Durante la entrevista, contó sobre su infancia y juventud, su vínculo con la iglesia católica y una fe que, de acuerdo a lo que expresó, fue intensificándose.
Leda aseguró haber recibido carismas hace 8 años atrás. De acuerdo al credo católico, se trata de dones recibidos por dios: "Defino un carisma de sanación y liberación porque ya lo transité. Los testimonios, muchas confirmaciones de un montón de gente podrían dar fe de que esto es real. Ser instrumento de dios es parte de lo que estoy viviendo y transitando por el tiempo que dios disponga. Estos testimonios arrasan con nuestra historia y vinieron a darnos fuerzas. Ahora serán entregados a monseñor (Eduardo Martin), él también acompañará todo este proceso. Pero bueno, un carisma no es que te lo otorga la iglesia, sino que es algo sobrenatural, algo espiritual y a su debido tiempo será reconocido por la Iglesia", señaló.
—¿Cuándo llegó a tu vida ese carisma?
—Hace 8 años, en una oración comunitaria. Mi fe fue siempre acompañada comunitariamente de hecho y es lo que recomiendo. La comunidad da fe del paso de Cristo, te acompaña en todos los momentos. Hoy, estamos hablando de un hecho y un acontecimiento, que sin comunidad no habría sido posible, ellos me sostuvieron.
—¿Cómo fue que te diste cuenta que tenías esos carismas?
—Mi carisma empieza con un cambio total de vida a partir de esa oración, una experiencia sobrenatural que es personal porque el Espíritu Santo se relaciona con las personas de distintas maneras, por eso es infinito. A mí me cambió la vida, empecé a ver la luz, hay mucha gente que vive en tinieblas, yo vivía en una oscuridad, no era feliz. Bueno, a partir de ese día fui feliz. Yo ya tenía mis hijos, mi casa, creía que estaba con dios y que estaba todo bien. Pero ese día pude empezar a ver en el otro la necesidad. Había algo más. Dije «ya está, lo tengo todo». Iba caminando por la calle, me acuerdo así puntualmente, veo una persona arriba un colectivo y sentí tristeza, fue algo raro. Y fui transitándolo, con penas, con el crecimiento de mis hijos, con mi trabajo interior que es cotidiano. Tenía que afrontar y tomar ciertas decisiones y fuimos creciendo.