Basándose en interacciones entre los agujeros negros supermasivos (SMBH) y su entorno, un estudio del científico David Garofalo, de la Universidad Estatal de Kennesaw, Georgia, Estados Unidos, plantea que la humanidad podría ser una de las últimas civilizaciones supervivientes de una ya lejana "edad de oro" de vida inteligente en el universo.
Según la teoría de Garofalo, el surgimiento de condiciones propicias para la vida desarrollada comenzó 7.800 millones de años después del Big Bang, hace aproximadamente unos 6.000 desde el momento actual.
KSU is excited for the upcoming release of David Garofalo’s “Advanced Life Peaked Billions of Years Ago According to Black Holes,” a paper on the effect of blackhole feedback on the formation of stars!
— Kennesaw State University Research (@KSUresearch) May 19, 2023
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Los motivos en los que se apoya el investigador tienen que ver con la retroalimentación de un agujero negro y cómo ello puede impulsar o suprimir la formación de estrellas, algo que depende del contexto y de si se encuentra en un entorno abundante o más bien exiguo de gas.
Esto, en conjunción con las fusiones entre esos agujeros negros rodeados de gas y otras galaxias, propició la aparición de un mayor volumen de planetas y estrellas y, en consecuencia, de un mayor caldo de cultivo para el surgimiento de vida avanzada con el tiempo.
Aunque el investigador sostiene que, de esas civilizaciones avanzadas, la mayor parte habría desaparecido y la humanidad sería una de las últimas, tampoco descarta que pueda haber otras más recientes pululando por el cosmos.
No obstante, según esos cálculos la aparición de vida en la Tierra habría sido posterior a esa "edad de oro", ya que tanto el planeta Tierra como el resto del sistema solar se formó hace 4.500 millones de años, 1.500 después del momento en el que sitúa Garofalo ese apogeo, según publicó El Debate.